¿Por qué la prisa?
Nunca falla. Cuando se inicia la Semana Mayor o Semana Santa la Ciudad de México se encuentra generalmente semidesierta; para el miércoles santo, según consta en los reportes oficiales las casetas de peaje instaladas en las carreteras registran filas de 1
sí ocurrió este año 2022 y seguirá. Los automovilistas atascados hasta la avenida Taxqueña esperan febrilmente traspasar el primer obstáculo para llegar, antes que otros hasta el lugar del supuesto descanso para disfrutar de la diversión sin freno y sin límite.
Al paso de la semana, que hoy se han vuelto dos, el rostro macilento y desencajado de miles de paseantes que regresan al término del período vacacional lo dice todo. Decenas de percances, cientos de heridos y muertos, importantes daños materiales... y todo por la prisa, por el abuso de bebidas alcohólicas, el desconocimiento de las mínimas reglas de seguridad vial, la incapacidad o la inconciencia de conductores que operaban su teléfono celular como si estuvieran en la sala de su casa.
Según las estadísticas oficiales, en México se reportan al año 400 mil accidentes de tránsito lo cual provoca más de 14 mil defunciones, cerca de 200 mil heridos, 90 mil discapacitados y pérdidas de entre 1 y 2 por ciento del producto interno bruto, y todo por la prisa, por el nerviosismo.
La prisa produce estrés. El estrés nos acaba, nos destruye. El estrés aniquila. La mayoría de las afecciones que sufrimos los seres humanos hoy en día la debemos a este mal causado por la prisa. El diccionario define al estrés como un agotamiento físico general producido por un estado nervioso.
La sabiduría oriental afirma que la prisa es la nada, que el que tiene prisa por vivir tiene prisa por morir. Por lo contrario – señala – hay que ejercitar siempre la paciencia, virtud máxima que inspira calma, seguridad y confianza. Con la paciencia se resuelven las tensiones, se disuelven los graves conflictos personales y sociales y se tiende a vivir en paz, claridad y armonía con la naturaleza y con nosotros mismos.
Los especialistas en el combate al estrés y las relaciones tensas recomiendan que ensayemos todos los días, como si fuera el único modo de vida, la concentración relajada, que ejercitemos en reposo la tranquilidad profunda y reflexiva. La tendencia a la acción agitada y turbulenta solo conduce a la prisa y, por supuesto a la nada.
La prisa que se apoderó de los vacacionistas es la misma que diariamente angustia y atenaza habitante de la gran ciudad.
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Fundador de Notimex Premio Nacional de Periodismo pacofonn@gmail.com