En Toluca ¡ya ni la Victoria es nuestra!
Cumplirse un año de la elección de ayuntamientos y seis meses de que estos han tomado posesión del cargo. En general, la gran mayoría de ellos se encuentran atravesando una profunda crisis institucional, económica y laboral, producto de los desvíos que el
Está por
El amiguismo, la permanencia de aviadores en la nómina, la exacerbada burocracia y el desorden administrativo provocaron corrupción, abandono y la falta de políticas públicas tendientes a resolver en serio las necesidades elementales de la gente.
Toluca no es la excepción. La capital mexiquense ha estado por décadas sometida a las presiones de los grupos políticos doblegadas al gobierno en turno. Su posición como capital del Estado no ha servido para poder impulsar un proyecto claro de desarrollo urbano, industrial y comercial que permita darle viabilidad en el futuro.
Es más, Toluca ha perdido en las últimas décadas hasta la identidad. El único referente que le queda es su equipo de futbol y nada más. A nadie le ha importado hacer de la capital un lugar digno donde se pueda vivir, pues la clase política que dice quererla ya ni siquiera habita estas tierras. Toluca ha perdido competitividad para atraer inversión y nadie ha hecho nada para remediarlo pues, ni siquiera se tiene el diagnóstico de lo que lo provocó. Pocos saben que lo que ha detenido las inversiones hacia el valle de Toluca es la falta de energía eléctrica suficiente.
Desde hace más de dos décadas el valle carece de la suficiente energía eléctrica para mover toda la infraestructura industrial instalada. La posibilidad de que hoy se le otorgue la viabilidad de conexión a nuevas industrias es casi nula. Por esa razón debemos insistir en que para que Toluca tenga viabilidad futura y detengamos
Desde hace más de dos décadas el valle de Toluca carece de la suficiente energía eléctrica para mover toda la infraestructura industrial instalada. La posibilidad de que hoy se le otorgue la viabilidad de conexión a nuevas industrias es casi nula.
la precarización de los ingresos de la gente, es necesario invertir en energía. Nuestra capital merece que se piense y se tomen decisiones en lo fundamental.
Hoy debemos de reconocer que dilapidamos la enorme herencia de las generaciones del pasado. La herencia de aquellos que nos dejaron una pujante infraestructura industrial que posicionó a la capital a nivel mundial y que constituyó, inclusive, el centro de producción automotriz más importante en el mundo fuera de Estados Unidos.
El fenómeno de las alianzas industriales que se mantiene en todo el mundo nos arrebató sin darnos cuenta uno de los emblemas que distinguió a Toluca como una ciudad productora de cerveza. Hoy, ya ni la Victoria es nuestra. Por eso sostengo que debemos retomar nuestra vocación industrial y modernizar nuestra infraestructura industrial.
Estoy convencido que los alarmantes niveles de pobreza que hoy tiene nuestra capital se combaten con producción y para producir se requiere energía.