La preparatoria 1
Con el nombre oficial de plantel Lic. Adolfo López Mateos, la histórica Prepa 1 es uno de los diez espacios donde la Universidad Autónoma del Estado de México ofrece los estudios de nivel medio superior.
En diferentes épocas ha predominado la convicción de impartir una educación de calidad, en el claro entendido de que sólo mediante el aporte de jóvenes debidamente preparados, críticos e independientes, se podrá contribuir al progreso y bienestar.
Las brillantes páginas escritas a lo largo de su existencia le han permitido constituirse en uno de los centros escolares más acreditados de la entidad, pues en sus aulas se han formado miles de ciudadanos destacados, gracias al esfuerzo y talento de un alto número de maestras y maestros, genuinamente comprometidos con la misión de inspirar, motivar y mover conciencias.
En diferentes épocas ha predominado la convicción de impartir una educación de calidad, en el claro entendido de que sólo mediante el aporte de jóvenes debidamente preparados, críticos e independientes, se podrá contribuir al progreso y bienestar.
Esmerarse en el adecuado crecimiento intelectual de los estudiantes fue entonces la constante, sin limitarse a la simple transmisión del conocimiento, sino procurando modernizar perfiles y trascender hacia el desarrollo de habilidades y destrezas; al estímulo de la creatividad y de un espíritu analítico, de los valores y de todo aquello susceptible de orientar las potencialidades, a fin de transformar a los egresados en seres útiles a su comunidad y a su país.
Tristemente, la entrañable institución no va en el camino correcto, al haber sido afectada por diferentes factores, como por ejemplo la cancelación de los estándares del Sistema Nacional de Bachillerato, los aprendizajes deficientes en las clases a distancia motivadas por la pandemia y las decisiones tomadas por sus autoridades.
En este sentido, y a propósito del cambio de director avalado ayer por el Consejo Universitario, es oportuno reflexionar acerca de los actuales mecanismos de selección de los aspirantes a ocupar estos cargos, en mi opinión dándole absoluta prioridad a las características de ser personas honorables, con amplia cultura y comprobada solvencia profesional, académica y moral, además de tener experiencia administrativa básica y una visión completa de los procesos esenciales de la tarea en su momento encomendada.
Obviamente, esto implicaría revisar y modificar el requisito de obtener la mayoría de votos en la etapa de auscultación, y poner especial énfasis en evitar ese perverso clientelismo, causante de favorecer ineptitudes y desempeños dañinos. Sin duda, este fenómeno ha propiciado la sumisión y el franco interés por buscar los beneficios personales, y al mismo tiempo la apatía si se trata de honrar la historia y acrecentar el prestigio educativo de una determinada escuela o facultad, desatendiendo así ese llamado ético donde radica la identidad y fortaleza de los universitarios íntegros.
En fin, una vez concluida la crónica de una designación anunciada, la nueva administración de la Prepa 1 está obligada a enmendar una serie de temas de su autoría, entre los cuales destacan reconocer la actividad docente de calidad, revertir el irracional nepotismo y corregir los criterios en la asignación de nombramientos y estímulos, específicamente en los concedidos a los exponentes del oportunismo y la simulación, refugiados en esos ridículos cartones de posgrados sin esencia. Asimismo, reducir la exagerada matrícula, equilibrar el número de alumnos en turnos y grupos; dejar de solapar y empoderar la creciente irresponsabilidad; generar ambientes de orden, respeto, trabajo y disciplina. Pero, sobre todo, mostrar los liderazgos una conducta intachable, apegada a los valores y principios de nuestra alma mater.