El nuevo gobierno y la malentendida austeridad
Lento, muy
lento ha sido el arranque del nuevo gobierno en el Estado de México, y en las oficinas gubernamentales ha generado estupor la forma en que las nuevas autoridades se han presentado a trabajar; en su gran mayoría, con un absoluto desconocimiento, ya no digamos de las formas, de los procesos y repercusiones legales que involucran algunas acciones que impiden que las cosas se puedan hacer “así como así”.
muchas áreas quienes recién arriban a la administración estatal (y algunos por primera vez en la administración pública) es que varias de ellas ya operaban con el mínimo indispensable de recursos, tanto humanos como materiales, lo que les complicará cumplir con el primer cometido de “recortar” para generar ahorros.
Al mismo tiempo se empieza a fraguar el presupuesto para 2024 con la misma consigna de “austeridad” pero el problema no es si se logra un presupuesto austero o no, el problema es el de cada año: si se consigue estructurar un presupuesto con los recursos suficientes para mantener y acelerar el desarrollo del estado al mismo tiempo que se puedan brindar apoyos sociales a los sectores más necesitados.
Como ya vimos en el gobierno federal, el mantra de la austeridad puede ser contraproducente porque, en ese afán de no usar recursos pueden dejarse de atender temas prioritarios como ha sido la compra de medicamentos o la mejora en los servicios de salud; mientras se desarrollan obras de ingeniería para estructura “de relumbrón” como el Tren Maya o el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) que si bien son obras que pretendían atender una problemática específica, no lo han conseguido (a más de un año de