A 23 años de la presea en Sidney 2000
A 23 años de la gloria olímpica, el nombre de Noé Hernandez Velentín sigue estando asociado a una generación de oro que logró sumar preseas para México.
Nacido en Chimalhuacán, Estado de México, Noé no pudo debutar profesionalmente en el futbol y su destino lo encaminó a la marcha donde obtuvo una medalla de plata.
“El Chivo” fue de los atletas que surgieron en el Comité Olímpico Mexicano y su primera oportunidad para debutar como marchista llegó en 1997. En Nuevo León obtuvo su clasificación al Campeonato Centroamericano y del Caribe de Atletismo en Barbados, donde sin sorpresas obtuvo la medalla de oro.
En los juegos Olímpicos de Sidney 2000 acudió como tercer integrante de la delegación mexicana de marcha junto a Bernardo Segura y Daniel García, quienes eran los candidatos naturales a pelear por las medallas.
El 21 de septiembre, Hernández sorprendió al mundo en la prueba de los 20 kilómetros, logrando lo impensable. Ante miles de ojos se quedó con el tercer lugar de la prueba, sin embargo, el destino le tenía todavía otra sorpresa, con la penalización de Bernardo Segura, Noé se catapultó al segundo lugar.
Como atleta retirado, Hernández fue director del deporte en Chimalhuacán y después de más de una década de su mayor éxito deportivo, el atleta mexiquense también tuvo un trágico final.
Una riña en un bar en el valle de México dejó mal herido a Hernández Valentín. Tras una larga recuperación pudo sobrevivir, sin embargo el 16 de enero de 2013 un paro cardíaco respiratorio sorprendió a Noé Hernández.
A 23 años de su hazaña, esta semana fue recordado por diferentes organismos deportivos, quienes dieron testimonio de su ascendente carrera, así como del final de su vida.