La cultura japonesa se caracteriza por su ceremoniosidad y el regreso a clases no fue la excepción. Estudiantes de una preparatoria en Higashiosaka, una localidad de la prefectura de Osaka, asisten a una ceremonia de reapertura del ciclo escolar, perfectamente uniformados, sólo que en esta ocasión su vestimenta escolar tiene un elemento adicional: el cubrebocas