Venta de artesanías, herencia familiar
Candelaria Huachee es una mujer originaria de San Pablito, comunidad perteneciente a Pahuatlán ubicada en la Sierra Norte de Puebla, ella se desplaza 80 kilómetros todos los fines de semana para arribar a Huasca donde espera que sus artesanías sean adquiridas.
Llega desde el sábado a temprana hora, cargada de productos que ella misma elabora, y dice orgullosa “mi pequeña ya está aprendiendo a hacer los anillos”
Su material principalmente es chaquira e hilo, y con mucha imaginación y creatividad elabora aretes, pulseras, collares y cinturones.
Es en el primer Pueblo Mágico de México donde ha encontrado un buen punto de venta desde hace ya varios años, y aunque la contingencia evitó que arribara a Huasca por varios meses, ya desde hace un par de semanas nuevamente empezó a comercializar sus productos que ahora ha innovado: gorras artesanales.
Las va bordando con chaquira de colores y lo mismo le coloca una figura en forma de unicornio que un gato o un ave.
Estos meses de contingencia se dedicó a producir artesanías junto con su familia, aplicando el conocimiento para la elaboración de piezas que le heredó su abuelo.
Y antes que él otras generaciones han vivido de la elaboración de estas piezas a base de chaquira y que además son bien adquiridas sobre todo por los turistas, aunque reconoce que “el regateo” sigue siendo el tema a vencer.
“Han sido meses duros para nuestra economía, pero allá en San Pablito igual se cerró el turismo y pues allá lo fuerte además de la chaquira es el papel amate”.
Para no gastar tanto en pasaje debe pernoctar en Huasca, en una casa le rentan una cama para que el domingo se instale otra vez en los arcos del municipio justo en la zona centro, confiando en que sus ventas serán buenas.