UN EVENTO QUE SE NECESITABA
EL FINLANDÉS VOLADOR ACEPTÓ LA COMPLEJIDAD DE LA CARRERA Y SE SINTIÓ ORGULLOSO POR SER EMBAJADOR DE LA PANAMERICANA
Oaxaca.- El caminar lento sólo avecina la velocidad que le hierve en las venas. Ari Vatanen, una de las leyendas en los rallies, no se podía quedar fuera de la Carrera Panamericana. El Finlandés Volador, ya con 68 años de edad, no se olvida de la adrenalina de manejar un automóvil. El histórico conductor europeo charló con ESTO y dejó en claro que, para manejar a alto nivel, no importa la edad o nacionalidad. Antes de hablar de circuitos, cambios de velocidad o incluso su favorito para ganar la Panamericana, Ari se dijo orgulloso de que Eduardo León y el resto de los organizadores de la carrera, hayan optado por llevarla a cabo pese a la pandemia. Según el finlandés, este tipo de fiestas son los que le dan fuerza al deporte motor.
“Estos son eventos que se necesitaban. Son momentos complicados por todo lo que ha significado la pandemia, pero sé que el apoyo de todos y la forma en que se han desarrollado las cosas motivará a que muchos se inspiren como yo”, dijo.
Vatanen recalcó su ánimo de participar en el rally, aunque decidió hacerlo en la carrera de exhibición.
“Claro, no podía quedarme fuera de un evento como éste. No competiré en la carrera, pero estaré en exhibición y con mucho ánimo de recordar las épocas de mi juventud”, dijo sonriente.
Benito Guerra y Mario Domínguez llegaron para posar junto al finlandés para la lente del Diario de los Deportistas. Después de unos minutos, Ari recordó que el éxito de la competición radica en sus corredores. “Es un orgullo para mí ser y estar entre grandes hombres, me llena de pasión, me queda disfrutarlo, disfrutar de México con mi esposa Rita y saber que no fue un error venir, al contrario, se lo comenté a mi esposa y vinimos con gran gusto”, afirmó.
No alardeó por la forma en que México lo ha tratado y confirmó que tanto él y su esposa se sienten como en casa. “Es un honor porque me han abierto las puertas de un país hermoso, uno reconoce todas las muestras de cariño, nos piden fotos, nos llaman y nos admiran, lo único que podemos hacer es ser condescendientes, porque uno no ha hecho nada para que tanta gente quiera a nuestra persona”.
Por último, su estómago también se preparó, pues el reto de Vatanen no sólo estará tras el volante, sino también en la comida mexicana, una a la que no la hará el feo. “Sí, claro, estoy listo para la comida mexicana, para el mezcal no, porque debo de manejar al otro día, hay muchas formas de divertirnos y una de ellas es pasármela como lo estoy haciendo”, remató sonriente.