El Sol de Tulancingo

Luis Corrales

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En los años 1950, a mitad del siglo XX, la población de Real del Monte, tenía todavía muchos ejecutivos americanos que se habían quedado desde que años atrás, en que la compañía americana había vendido al Gobierno Federal la Minera Real del Monte y Pachuca. En Mineral del Monte había una colonia en donde estaban las casas de los ingenieros, esta colonia era la de “San Cayetano.”

Uno de los técnicos americanos que habitaban en Real del Monte era el Sr. J.J. Clifford originario de Denver Colorado que trabajaba en la Mina de Purísima como Superinten­dente General y que era muy estimado por los mineros por su trato educado y amable. El Sr. Clifford era castaño-rubio, de ojos claros, mediana estatura y de unos sesenta años, típico americano de zapatos café, pipa y sombrero de fieltro.

Una tarde, después de las labores, el mencionado técnico, bajó a Pachuca a cobrar a Las Cajas ya que era día primero de Marzo y había pago de principio de mes. Pasó algún tiempo y su esposa notó que no llegaba como era su costumbre, temprano y se preocupó. Cuando nadie dio razón del americano, la señora y su chofer fueron a buscarlo. Hicieron el recorrido de Pachuca a Las Cajas y regresaron por la carretera. En una curva que está un poco después de la llamada vuelta grande, el chofer paró porque vio en la orilla de la carretera un zapato en buen estado y se bajó a verlo. Lo llevó al coche y la señora lo reconoció como el zapato de su esposo. Se estacionar­on en el reducido acotamient­o y al empezar a buscar divisaron al fondo del barranco el automóvil del Sr. Clifford y a éste a medio precipicio atorado en una roca, muerto.

Se llegó a la conclusión siguiente: el Sr. Clifford, tuvo ganas de hacer una micción y como su coche era nuevo y de los primeros automático­s, parece ser que no lo enfrenó bien. Cuando se dio cuenta de que el auto se movía y caería en el precipicio, corrió a tratar de evitarlo, subiendo precipitad­amente en él y soltando por el esfuerzo su zapato que quedó arriba en la cinta asfáltica. El auto arrastró a Mr. Clifford que ya no pudo salirse y se fue para abajo, quedando en una piedra a mitad de la bajada y el coche por su peso se fue al fondo. El zapato se quedó para avisar de la desgracia, y su esposa fue quien lo encontró; qué trágico.

Los restos del americano fueron sepultados en Colorado, EU, pero los mineros de la Purísima construyer­on un monumento conmemorat­ivo en el lugar del accidente. Hasta la fecha ahí está y dice textualmen­te:

“Homenaje Póstumo al Sr. J.J. Clifford de Denver, Colorado USA, digno jefe e inolvidabl­e amigo. Los trabajador­es de Purísima Concepción. 3-1°-1951”

Este monumento pequeño, de color blanco, con placa de mármol, está a media carretera en la Pachuca-Real del Monte, desde hace 70 años; segurament­e usted lo ha visto, pero ahora ya sabe por qué fue realizado.

Cuando se dio cuenta de que el auto se movía y caería en el precipicio, corrió a tratar de evitarlo, subiendo precipitad­amente en él y soltando por el esfuerzo su zapato que quedó arriba en la cinta asfáltica. El auto arrastró a Mr. Clifford que ya no pudo salirse y se fue para abajo

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