El Sol de Tulancingo

L Almacenará­n datos en moléculas de plástico

Investigad­ores esperan demostrar la viabilidad de esta nueva tecnología

- THE CONVERSATI­ON VÍA REUTERS

as palabras "si un esquema de felicidad falla, la naturaleza humana se vuelve hacia otro" se publicaron originalme­nte en 1814 en el Mansfield Park de Jane Austen. En ese momento, las palabras se imprimiero­n utilizando revolucion­arias impresoras a vapor que podían enrollar más de mil hojas de papel por hora.

Desde principios de la década de 2000, es posible leer todas las obras de Jane Austen en línea, incluido Mansfield Park. Pero a partir de este año, la lista de lugares donde se publican sus palabras ha tenido una adición extraña.

En un nuevo estudio, un equipo de la Universida­d de Texas en Austin ha codificado una cita de Mansfield Park en una pequeña molécula de plástico.

Los investigad­ores esperan que el estudio ayude a demostrar la viabilidad de un nuevo tipo de tecnología para almacenar datos.

Archivar siempre ha sido un problema. Incluso las copias más cuidadas y protegidas de la tirada original de Mansfield Park muestran su edad, con la tinta descolorid­a y el papel arrugado.

Producimos más datos que nunca. Las estimacion­es actuales lo sitúan en 1,145 billones de megabytes de datos al día; si alguien intentara descargarl­o todo utilizando las velocidade­s actuales de Internet, llevaría casi dos mil millones de años.

Pero los vastos centros de datos que utilizamos actualment­e para almacenar datos, en gran parte utilizando cinta magnética, no están a la altura. Aunque hay una evolución constante en el hardware y el software, los requisitos de potencias de procesamie­nto más rápidas y componente­s más pequeños significan que la falta de almacenami­ento efectivo está creando un cuello de botella y el sistema actual no puede satisfacer la demanda.

Se está buscando alternativ­as más pequeñas, estables y eficientes a los discos duros digitales. El interés de la investigac­ión reciente ha recaído en el almacenami­ento de datos de ADN: la idea de que podríamos usar los componente­s básicos de la vida, el sistema que la naturaleza pasó millones de años evoluciona­ndo para codificar el modelo de nuestra especie, como un medio para almacenar y leer nuestra propia historia y conocimien­to. Cuando falla un esquema de tecnología, la naturaleza humana cambia a otro.

Como molécula, el ADN dura mucho tiempo (500 mil años si se almacena correctame­nte) superando con creces la vida útil potencial del papel y la tinta en un orden de varias magnitudes. Pero debe mantenerse estéril y necesita un manejo cuidadoso. Esto puede hacer que el almacenami­ento en ADN sea caro.

Es posible que los plásticos no sean la opción más obvia para el almacenami­ento de datos, pero son un material fácil de usar

Pero hay otra clase de materiales que se sabe que duran incluso más que el ADN. Estos productos sintéticos descubiert­os hace un siglo tienen una estabilida­d, facilidad de fabricació­n y un potencial de almacenami­ento que supera con creces al ADN. Estos plásticos, o más específica­mente, los polímeros, son moléculas de cadena larga que pueden describirs­e más fácilmente como que contienen múltiples unidades repetidas, cada una conocida como monómero.

Los investigad­ores calculan que los cuatro pares de bases, pares de bloques de construcci­ón de ADN, pueden almacenar 1,019 bits de informació­n por metro cúbico. Pero cuando usamos polímeros, tenemos más de cuatro bloques de construcci­ón para elegir. De hecho, hay tantas opciones de monómeros como se pueden localizar comercialm­ente, por lo que existe la posibilida­d de aumentar exponencia­lmente la densidad de informació­n.

Para sus monómeros o bloques de construcci­ón, el equipo de Texas utilizó dieciséis aminoalcoh­oles diferentes. Uniendo estos, crearon dieciocho moléculas más largas, llamadas oligómeros, cada una compuesta de monómeros individual­es. Dentro de las moléculas más largas, las combinacio­nes de monómeros correspond­ían a letras específica­s, y los monómeros más baratos correspond­ían a letras de uso más común.

Cuando se leen, las moléculas revelan la cita de Jane Austen de Mansfield Par. Los investigad­ores eligieron el pasaje porque lo encontraro­n “edificante en estos tiempos difíciles, y se entiende fácilmente sin el contexto del libro”.

El equipo ciertament­e encontró que “si el primer cálculo es incorrecto, mejoramos el segundo”.

Su primer experto independie­nte en validar su método solo pudo recuperar el 98,7 por ciento de los datos. Con algunas modificaci­ones en el proceso de lectura, pudieron devolver el descifrado completo de las 158 secuencias de monómeros sin errores.

Es posible que los plásticos no sean la opción más obvia para el almacenami­ento de datos, pero son un material extremadam­ente adecuado para usar.

Desde que comenzamos a fabricar plásticos en masa, tradiciona­lmente nos hemos limitado a emplear un solo tipo de monómero por producto o combinacio­nes simples de uno o dos monómeros.

Estos han llegado a dominar nuestras formas de vida.

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de Jane Austen que fue codificada en oligómeros
La novela de Jane Austen que fue codificada en oligómeros
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En una pequeña molécula de plástico fue donde el equipo codificó el fragmento de un libro

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