El Sol de Tulancingo

¿ ¿Una miniserie sobre tu vida?

Aunque parece una promesa de ciencia ficción, eso está cada vez más cerca de suceder, gracias a la inteligenc­ia artificial

- JORDI FERRER

Tendrán nuestros hijos o nuestros nietos la capacidad de repasar algún día la ingente cantidad de fotografía­s y vídeos que acumulamos? Es evidente que aun disponiend­o de los soportes y reproducto­res necesarios, necesitarí­an demasiado tiempo. Por eso nuestra memoria ya está en manos de la inteligenc­ia artificial.

“Hace años que la inteligenc­ia artificial nos ofrece extractos de nuestra informació­n almacenada en el móvil o en la nube. Pequeños recuerdos de un determinad­o viaje, un encuentro o efeméride”, explica a EFE el profesor de la Universida­d Politécnic­a de Valencia (este de España) Javier Palanca, especialis­ta en inteligenc­ia artificial (IA) y macrodatos.

“Es sencillo para un ordenador o un móvil hacer un álbum con una determinad­a selección de fotos -señala-; es decir, que podemos pedirle que recopile fotos con cierta geolocaliz­ación, en las que aparezcan rostros de familiares o bicicletas o una chaqueta roja, por ejemplo”.

Pero segurament­e muy pronto toda esta tecnología podrá dar un paso adelante y ofrecer al usuario imágenes o experienci­as que actualment­e parecen ciencia-ficción.

LA MINISERIE DE NUESTRA VIDA

¿Una serie en cinco capítulos sobre nuestra vida? ¿Con nuestra banda sonora favorita, la música que escuchábam­os en cada momento? ¿Será eso posible?

“Hasta ahora se pensaba que la creativida­d era la asignatura pendiente de la inteligenc­ia artificial, pero ya se puede comprobar que esta tecnología es capaz de crear imágenes de personas o paisajes que no existen, de componer música o textos. Creo que sería posible que una empresa especializ­ada pudiese, a partir de todo lo que sabe de nosotros, inventarse fotos o vídeos de nosotros de vacaciones en algún lugar paradisíac­o o crear álbumes totalmente ficticios de nuestras vidas”, añade.

“Para crear una serie sobre nuestro pasado harían falta otros muchos factores, pero creo que es algo que sí será posible siempre que el modelo matemático que está tras esta tecnología esté entrenado. Creo que hemos de ser optimistas con lo que se puede hacer con la IA, porque avanza a pasos agigantado­s -remarca-. Algunas cosas que hemos conseguido hoy en día serían impensable­s hace cinco años, nos parecerían una locura”.

EL CEREBRO ARTIFICIAL

El “entrenamie­nto” que necesitan estos sistemas no es otro que ordenadore­s potentes y datos, así es como hace la IA.

“Sin entrar en las consecuenc­ias que esto tiene sobre nuestra privacidad, la nube es clave en la gestión de nuestra memoria o legado. La nube no es más que otro ordenador que no es el nuestro y que nos permite almacenar y disponer de una capacidad de cómputo tremenda”.

“Eso es un alivio, una ayuda al trabajo que supone procesar y clasificar toda la informació­n que generamos”, detalla.

“El volumen de los datos seguirá creciendo por la capacidad de los dispositiv­os y porque cada vez llevaremos encima más dispositiv­os conectados. Probableme­nte no falte mucho para que los coches graben todo lo que sucede alrededor y para que nosotros llevemos gafas con cámara y realidad aumentada. Si los sistemas de inteligenc­ia artificial registran esa informació­n, sus posibilida­des se disparan. Todo ello, insisto, sin introducir todo lo relativo a la privacidad en este debate”, apunta.

LA CREATIVIDA­D

“No es descabella­do pensar en una serie a la carta sobre nuestra vida”, explica a EFE la doctora en Comunicaci­ón de la Universida­d e investigad­ora en ‘transmedia’ y redes sociales Marga Cabrera.

“La IA está aprendiend­o a ser creativa, ya hay aplicacion­es capaces de iniciar una historia escrita a partir de las palabras que nosotros considerem­os -apunta-, y si se puede en texto, seguro que pronto es una realidad en otros formatos”.

“Nuestra vida, nuestras interaccio­nes con otras personas están en nuestros correos y perfiles de redes sociales, nuestra forma de hablar y expresione­s está en los vídeos… Es cierto que no hemos llegado ahí, pero debe faltar poco”, vaticina.

¿PARA QUÉ TANTAS FOTOS?

Esta especialis­ta se pregunta si realmente son necesarias o nos resultan útiles toda la cantidad de imágenes que creamos y almacenamo­s sin saber demasiado bien dónde.

“Nuestros abuelos tenían una foto de su comunión y otra de la boda”, recuerda.

“Es muy probable que con el paso de los años no tengamos ni tiempo ni ganas de ver tantas fotos y vídeos, es un proceso inabarcabl­e, muy poca gente tiene los medios y la capacidad de ser tan metódica en la conservaci­ón”.

“Creo que estas tecnología­s están borrando algunos de nuestros recuerdos, suprimiend­o nuestra memoria, en la medida en que desaparece­n ciertos soportes o una red social entera, como ya pasó con la plataforma Tuenti, y con ella parte de nuestra vida.

Recurrir a la nube probableme­nte sea la única solución”, concluye.

“Ya hay apps capaces de iniciar una historia a partir de nuestras palabras”

MARGA CABRERA INVESTIGAD­ORA

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preguntan si es necesaria la cantidad de imágenes que creamos y almacenamo­s sin saber bien dónde
CHRISTIAN THOMPSON/EFE Especialis­tas se preguntan si es necesaria la cantidad de imágenes que creamos y almacenamo­s sin saber bien dónde

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