BELLEZA POR
Las influencers virtuales no sólo tienen rasgos y sentimientos humanos, también interactúan con sus millones de seguidores como personas reales
El 22 de abril de 2016 Instagram dio la bienvenida a Lil Miquela, una joven creada con un programa de computadora, que compartía fotografías como cualquier usuario. Actualmente tiene tres millones de seguidores, e incluso evolucionó su apariencia, que ahora luce más real. Ha aparecido en revistas estadounidenses como Garage y Euphoria, y lanzó una canción (Speak up) el año pasado, que rebasa seis millones de reproducciones en YouTube.
La Consultora en Redes Sociales, Monicamerchan, explica a El Sol de México que el interés del público por seguir a estas figuras surge a partir de la empatía.
“Las redes sociales están hechas para despertar sentimientos, admiración, que es lo que se puede llegar a sentir hacia alguien que haga animaciones como ésta, o provocar diversión, ternura, enojo, frustración. Esos sentimientos que despierta una cuenta son detonantes para que se vuelva viral”.
Lil Miquela tiene un contexto que la rodea, ha apoyado el movimiento Black Lives Matter, e incluso tuvo una relación con un joven llamado Nick. Monicamerchan agrega que al dotar a estos personajes de una historia de vida, sus creadores los humanizan, provocando que el público se identifique con ellos.
La industria de la moda también se ha valido de estas figuras para promocionar marcas.
Shudu abrió su cuenta de Instagram en 2017 (con 216 mil seguidores), convirtiéndose en la primera modelo digital del mundo, cuya voz es doblada por la escritora Ama Badu.
En 2018, su creador, Cameron-James Wilson, inauguró la agencia digital The Diigitals, que se compone únicamente de influencers virtuales, cuyos rasgos físicos van desde personas de color, hasta mujeres curvy.
“Estos personajes han sido creados para atraer tanto por su narrativa, como por su apariencia, la cual ha sido manipulada físicamente para cumplir con los cánones de belleza actuales e irreales como: un tono de piel único, ojos más grandes, labios carnosos, pómulos marcados y nariz fina que filtros en Instagram o Snapchat promueven”, subraya Jatziri Torres, Consultora en Imagen Pública.
La capacidad de generar una identidad, y transmitir “valores, estilo de vida y apariencia que cumplen con los arquetipos de su público", son clave en su éxito, dice la experta. Destaca el caso de Noonoouri, una modelo digital que ha trabajado con marcas como Marc Jacobs, Dior y Versace. Además, suele imitar imágenes icónicas de artistas como Beyoncé, Cher y Kim Kardashian.
"Son modelos aspiracionales, un referente para imitar, sobre todo considerando que para los jóvenes la línea entre lo real y lo virtual es cada vez más delgada”.
El 5 de mayo de 2020 nació Mar.ia, la primera humana virtual mexicana. En un año, ya rebasa los cien mil seguidores en Instagram. Para ella es primordial compartir un mensaje positivo.
“Si puedo contribuir a concientizar sobre cómo podemos ayudar y cambiar nuestros hábitos, lo seguiré haciendo”, dice en entrevista vía correo electrónico.
“¿Sabías que hay mil millones de usuarios activos en Instagram? Además pasan un promedio de 53 minutos por día en esa red, es una herramienta que da un poder de difusión inmenso”, detalla.
Sus creadores aseguran que Mar.ia representa el futuro y temas como la inclusión, sustentabilidad y salud mental, que promueve, reflejan el México
que les gustaría tener.