Sociedades que perseveran
Cada uno de nosotros puede identificar, desde el propio hogar, aquellos elementos que nos permiten seguir adelante y mejorar nuestras condiciones de vida. Es un ejercicio de consenso entre los círculos sociales cercanos en los que nos desenvolvemos para resolver los problemas cotidianos y adoptar hábitos y comportamientos que nos ayuden a vivir en paz y con tranquilidad.
En qué podemos ayudar, y ayudarnos, ante las pérdidas, cómo podemos apoyar en nuestros vecindarios, a nuestros compañeros de trabajo, a colegas, para que se recuperen y crezcan a pesar de lo que pudiera haberles ocurridos y agradecer, si es el caso, que nosotros no tuviéramos inconvenientes mayores, es el mejor arranque de una nueva etapa social.
Es un equilibrio entre la solidaridad que podemos desplegar y la voluntad y el compromiso personal para que, entre todos, resolvamos los problemas cotidianos. No hay medición en la que no se concluya que nuestras preocupaciones tienen que ver principalmente con servicios públicos, infraestructura pública en buen estado, recolección de basura, y seguridad en calles y colonias.
Es decir, nuestras necesidades básicas son las mismas, son comunes y están dirigidas a un bienestar grupal. Si todos compartimos esas mismas demandas, también podemos aportar mucho para alcanzar esas soluciones. Es convencernos de la participación desde nuestro entorno y la cooperación que se requiere para ver resultados sociales.
Ahí es donde la corresponsabilidad -hacer lo que nos toca- cobra relevancia siempre y es el impulso que podemos utilizar para perseverar y alcanzar lo que, en lo particular y en lo grupal, deseamos.
Creo, desde hace muchos años, que somos una sociedad así y que, con sus desencuentros, nuestro horizonte es muy similar y puede ser el hilo de ese tejido social que construimos a diario, con la posibilidad de que se consolide y prevalezca en el tiempo.
Esa puede ser nuestra tarea, una a la que le dediquemos tiempo y enfoque para que nuestra contribución se convierta en principios, en valores, que sean ese punto de encuentro social a partir del cual edificamos mejores futuros.