20 AÑOS DE SHREK
Shrek cumple dos décadas, pero sigue conquistando a las nuevas generaciones. En México la adaptación del guion de Gus Rodríguez y Eugenio Derbez revolucionó la industria del doblaje
Creado por el escritor William Steig, se convirtió en una estrella internacional al ser llevado a la pantalla por Dreamworks.
Shrek llegó para romper esquemas. Un ogro verde, gruñón y solitario como protagonista de una película dirigida al público infantil. Su contribución no sólo fue en la manera de contar un cuento, Shrek generó un parteaguas en el mundo del doblaje latino, con el trabajo de Gus Rodríguez y Eugenio Derbez, quien da voz al personaje de
Burro, superando la caracterización original de Eddie Murphy.
En este proceso incorporaron chistes propios de la idiosincrasia mexicana, pero que resultaron universales, agregaron frases icónicas que ya se conocían en otros personajes de Derbez, como la línea donde Burro grita Pregúntame, pregúntame.
“Si alguien más hubiera hecho esta adaptación, y se hubieran tomado más en serio el respetar el guión original, hubiera sido menos divertida en su doblaje”, explicó la crítica de cine Marcela Vargas. “Si tienes una película animada en español con líneas tan divertidas, mucha gente la ve. La participación de ellos en el equipo de guionistas fue la clave”.
La actriz Dulce Guerrero, quien dio voz a Fiona, vio de primera mano el cambio que se dio en los años posteriores. Las secuelas ya no contaban con una sola traducción, sino que en cada país se adaptó un guion especial para conquistar a su audiencia.
“Los actores de doblaje tenemos la fortuna de trabajar para distintas casas productoras, y me di cuenta que Shrek cambió por completo la forma de hacer las películas. Disney y otros se sintieron atraídos por el poder del doblaje con chistes mexicanos. De Madagascar llegaron tres o cuatro versiones con el fin de encajar con bromas locales”, dijo a El Sol de México
La actriz destacó que para ella fue muy divertido participar en Shrek, recordó que durante el rodaje no paraba de reír por el tipo de comedia que manejaba su personaje, ya que por primera vez se veía en pantalla a una princesa que rompía con todos los estereotipos de la época.
Fiona se defendía sola, tenía una fuerza considerada masculina, eructaba, y al final no se preocupó por mantener su belleza, y eligió al amor sobre las apariencias. Dulce explica que el resultado fue una figura que invitó a las pequeñas a aceptarse como son.
“Es una princesa totalmente irreverente que rompe con los cánones de la belleza. Cuando se educa a una niña se le dice 'pórtate como una princesa, o te ves como una princesa'. Pero ella rompe con todas esas ideas estructuradas”.
“Hace las cosas que la gente normal haría, es algo que hizo tan linda la película. Todo el esquema es irreverente, no hay galanes, el primero era un hombrecillo chaparro, y el que resulta ser el gran amor es un ogro. Fue la primera película que rompe con el cuento, es el anti cuento", concluyó.