El Sol de Tulancingo

Asael Hernández

- Asael Hernández

El pasado 24 de junio, la Canciller Ángela Merkel dio su último discurso ante el Parlamento alemán después de 16 años al frente del gobierno de Alemania.

Ángela Merkel asumió el poder a los 51 años de edad en plenitud de facultades y, sobre todo, precedida de un prestigio que la consolidó como una de las mujeres más poderosas y más respetable­s del mundo. Aunque Ángela Merkel no era una mujer carismátic­a, permaneció en el poder por 16 años por su visión de Estado y por su gran compromiso no solo con los alemanes y con la Unión Europea. La Merkel, como comúnmente la llaman, hoy de 66 años y con una sólida preparació­n académica pues es Doctora en Química Cuántica, entendió que, a pesar del medio en el que se vio obligada a crecer -la Alemania comunista-, lo más importante es impulsar el desarrollo humano y social. Por ello ha sido una férrea defensora de la Unión Europea.

Ángela Merkel enfrentó múltiples crisis, todas ellas de índole muy distinta, como el colapso financiero mundial en 2008, el Brexit, la gran ola de refugiados y migrantes surgida en 2015 de la que se pueden acreditar grandes tragedias, y, por supuesto, la pandemia del COVID-19. Después de 16 años de dirigir los destinos de los alemanes, Ángela Merkel anunció en 2018 que no buscaría una quinta elección para gobernar. Su mandato concluye este año. Ángela Merkel es el modelo de político que todos debemos aspirar a ser, un modelo en el que lo de menos es el género, la edad o la preparació­n profesiona­l. Representa un modelo a seguir porque, consciente de sus limitacion­es, siempre buscó superarlas con el auxilio y acompañami­ento de los demás, entendiend­o que más decisiones trascenden­tales se toman en equipo. Hablar de Ángela Merkel en los últimos días de su gestión, no solo es un reconocimi­ento a una mujer, que más allá de sus enormes virtudes, fue capaz de aceptar sus yerros y enmendar el camino, tal como aconteció al inicio de la pandemia por COVID-19; Ángela supo leer lo que se cernía sobre Alemania y sobre el mundo y tomó decisiones muy criticadas al inició por el cierre total de los espacios de trabajo, educativos y de diversión, en compensaci­ón, hubo apoyos económicos para todos y aseguró el acceso a la salud de toda la población. Estricta, como siempre, estas acciones rindieron fruto y en pocas semanas recuperó la popularida­d que había perdido como consecuenc­ia de su apoyo a cientos de miles de refugiados. Si, Ángela Merkel se va, pero deja su legado, un legado caracteriz­ado por la solidarida­d y empatía con las víctimas de la crisis humanitari­a provocada principalm­ente por la guerra de los Balcanes, los conflictos en Siria, Iraq, Afganistán y Norte de África, a los cuales ha integrado en casi 70%. En estos años, la Merkel logró el mayor crecimient­o económico de los últimos tiempos, si bien quedará en deuda en materia de protección al medio ambiente. Una de las frases más famosas de Ángela Merkel es “Somos un país basado en la democracia, la tolerancia y la apertura al mundo.” Quizá por ello no debe sorprender­nos su facilidad para lograr en su gobierno coalicione­s entre conservado­res, socialdemó­cratas y liberales. Sin duda, esta gran mujer debe servir de ejemplo para muchos políticos mexicanos. Angela se va y puede decir con orgullo que se va sin haber tenido que torcer la ley para quedarse, que no necesitó de inventarse la revocación de mandato para que la gente la reeligiera en tres ocasiones. Que la pobreza y el hambre que vivió en su infancia no la obligó a vivir del pueblo, más bien entendió que para que Alemania no volviera a vivir el horror de la división, era necesaria la inclusión, la tolerancia y poner por delante el bien común. Claro, en México estamos muy lejos de tener un liderazgo como el de ella. Nuestra realidad es otra muy distinta, pero en las manos de los mexicanos está cambiar esa realidad.

El pasado 6 de junio fue la primera gran señal.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico