Dos Bocas y Deer Park presionan a Pemex
El negocio de refinación de la petrolera ha dejado pérdidas en los últimos años, advierte la agencia
Pemex redirigió recursos de exploración y producción de campos petroleros a su negocio de refinación, particularmente a la rehabilitación de las seis plantas del Sistema Nacional de Refinación, la construcción de Dos Bocas y la compra de la mitad de Deer Park a Shell, lo que incrementa la presión sobre la calificación de la empresa, advierte Moody’s.
En su Actualización semestral sobre Petróleos Mexicanos, Moody’s señala que a pesar de que el precio del petróleo se ubica en niveles no vistos desde octubre de 2018, Pemex no tiene los recursos suficientes para generar flujo de dinero en efectivo, debido a su alto nivel de endeudamiento, que asciende a 113 mil 957 millones de dólares al cierre del primer trimestre y se mantiene como la petrolera más endeudada del mundo.
La calificación crediticia de la empresa, dice, se mantendrá débil en el futuro previsible, debido a una alta carga de impuestos, los vencimientos de deuda que tiene que pagar en el corto plazo y una baja inversión en la exploración y producción de campos petroleros, que redirigió al negocio de refinación, es decir, a la rehabilitación de las seis plantas del Sistema Nacional de Refinación, la construcción de la refinería de Dos Bocas y la compra de la mitad Deer Park a Shell.
Este negocio, recuerda Moody's, ha generado pérdidas durante varios años.
La estrategia energética del presidente Andrés Manuel López Obrador incluye dejar de exportar petróleo y destinar toda la producción a transformarlo en gasolinas, para alcanzar la autosuficiencia en combustibles en 2023, una vez que se concluya la refinería de Dos Bocas.
Para Moody’s, las fortalezas crediticias de Pemex radican en la cantidad de reservas de petróleo que tiene, así como la capacidad de producción a gran escala. A esto se suma el respaldo gubernamental, a través de inyecciones de dinero directas a la empresa, o bien, apoyo en el pago de la deuda.
Pese a ello, la agencia señala que es poco probable que se produzca una mejora en la calificación de la compañía “dada la perspectiva negativa para la calificación Baa1 de México y las expectativas de Moody's de un flujo de efectivo libre continuo negativo para Pemex”.
Además, adelanta que una baja en la calificación Baa1 que tiene el país, “probablemente” resultaría en una baja de la nota de Pemex, que según la agencia, ya está en “bono basura”.