Chile, en rumbo a su nueva Constitución
Eligen a académica mapuche presidenta del órgano: protestas provocaron tensión antes de la ceremonia
Se abordarán temas como agua y derechos de propiedad, independencia del banco central y las prácticas laborales
FELIPE BERRIÓS
SACERDOTE JESUITA
Por primera vez veo que hay una instancia de tanto poder como ésta en la que no están detrás los poderes fácticos"
SANTIAGO. Los 155 candidatos que redactarán la nueva Constitución de Chile se reunieron por primera vez desde que fueron elegidos para dar comienzo a la redacción de la nueva ley fundamental en una sesión inaugural que se celebró en el antiguo Congreso Nacional de la capital.
La académica mapuche Elisa Loncón, lingüista y activista mapuche -la etnia indígena mayoritaria en Chile-, fue elegida por mayoría absoluta en segunda vuelta, en la sesión inaugural, un acto que se detuvo durante casi una hora por la protesta de un grupo de constituyentes.
“Esta Convención transformará Chile”, dijo Loncón al enfatizar que este “sueño” será representativo de la pluralidad del país y trabajará para sentar derechos sociales, para cuidar a la Madre Tierra, entre ellos, el derecho al agua.
“Es un sueño de nuestros antepasados y este sueño se hace realidad; es posible, hermanos y hermanas, compañeros y compañeras, refundar este Chile, establecer una relación entre el pueblo mapuche, las naciones originarias y todas las naciones que conforman este país. Esta es la primera muestra de que esta convención va a ser participativa”, agregó.
En esta cita, el órgano, compuesto de forma paritaria -algo inédito en el mundoy con 17 representantes de pueblos indígenas, elegirá a su presidente y a partir de ahí, tendrá hasta un año para redactar el nuevo texto, que sustituirá al actual, heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
La relatora del Tribunal Calificador de Elecciones, Carmen Gloria Valladares, procedió al nombramiento uno a uno de los 155 convencionales.
Mientras ello ocurría, se mantenían algunos choques entre fuerzas especiales de la Policía y un grupo de manifestantes que intentó traspasar el cordón de seguridad alrededor de los jardines de la vieja sede del Congreso en Santiago, donde por razones sanitarias se realizó la ceremonia.
En tanto, un grupo de constituyentes ligados a las protestas sociales de 2019 en Chile irrumpieron en el acto exigiendo la liberación de los “presos políticos”.
Cuando comenzaba la sesión con la entonación del himno nacional, se escucharon chiflidos y gritos de los constituyentes que decían: “¡No más represión!”. Se acercaron a la mesa desde donde Valladares los juramentaría y en un clima de mucha tensión la llevaron a suspender temporalmente la ceremonia.
Afuera, cientos de personas se congregaron en diversos puntos de la capital, mientras constituyentes aymaras y mapuches hicieron ceremonias antes de la instalación de la Convención Constitucional que redactará una nueva carta magna para Chile, un paso histórico que gatilló la ola de protestas de octubre de 2019 en reclamo de mayor igualdad de derechos y bienestar social.
La heterogeneidad de los 155 integrantes de la Convención Constitucional -muchos independientes con afinidades de izquierda y sin experiencia en cargos públicos y sin ninguna lista que ostente la mayoría de un tercio que otorga poder de veto- obligará a alcanzar acuerdos.
Pero esa misma diversidad en posturas y orígenes alimenta el temor de que se eternicen las discusiones y finalmente el texto no logre cumplir con las expectativas ciudadanas.
La comisión tiene hasta un año para acordar un reglamento común, establecer comités y redactar la propuesta.
El nuevo texto, que deberá refrendarse en otro plebiscito en 2022, sustituirá al actual, heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y criticado por muchos por su corte neoliberal.