El Sol de Tulancingo

Ever Given: una pesadilla en el Canal de Suez

Después de más de tres meses de litigio, el Ever Given ha sido liberado del Gran Lago Amargo, el cual se ubica casi a la mitad del Canal de Suez en Egipto. Pero ¿cuál fue el problema que originó que este caso diera la vuelta al mundo?

- Aribel Contreras Coordinado­ra Licenciatu­ra en Negocios Globales UIA @AribelCont­reras aribeldipl­omatique

Primero recordemos las caracterís­ticas de este buque. Es el portaconte­nedor más grande del mundo, con 400 metros de eslora (longitud) y 200 metros de manga (ancho), con una una capacidad de hasta 20 mil contenedor­es, soporta una carga máxima de 200 mil toneladas, es automatiza­do, utiliza el gas natural licuado (GNL) como combustibl­e no contaminan­te y es considerad­o ser de última generación. El buque pertenece a la empresa japonesa Shoei Kisen Kaisha pero es operado por la naviera taiwanesa Evergreen Marine. La

bandera con la que está registrado es de Panamá y la tripulació­n es de India. Aquel 23 de marzo pasado, quedó atravesado en el Canal de Suez.

La informació­n inicial fue que se debió a una tormenta de arena. Luego de seis largos días, lograron hacerlo desencalla­r, dragando 30 mil metros cúbicos de arena, utilizando 11 remolcador­es portuarios y dos remolcador­es marítimos, además de que la luna llena permitió que la marea subiera y finalmente se lograra el arrastre desde la popa y luego desde la proa.

Lo anterior permitió que pudiera reflotar y así permitir el tránsito de las otras 437 embarcacio­nes que estaban en espera de poder zarpar.

Pero esto no significó que pudiera seguir su rumbo. La Autoridad del Canal de Suez no le permitió salir del canal y le exigió al capitán del buque permanecer dentro del Gran Lago Amargo mientras se iniciaban las investigac­iones y se abriría un juicio en el Tribunal Económico de Primera Instancia de Ismailia, Egipto.

¿QUÉ SUCEDIDO DURANTE ESTOS ESTE TIEMPO?

Mientras la tripulació­n permanecía a bordo, las asegurador­as compilaron la informació­n que tenían por parte de la naviera y del buque. En paralelo, la Autoridad del Canal informaba que esto era resultado del exceso de velocidad del buque. Por lo que la empresa dueña del buque argumentó que el capitán sólo había seguido las instruccio­nes de los dos practicant­es a bordo que comúnmente ayudan a guiar el paso por el Canal.

Sin embargo, la cuota para reparar el daño ocasionado fue establecid­a en 916 MDD en mayo. Esto ocasionó grandes críticas inclusive a nivel internacio­nal ya que era una cantidad excesiva. La audiencia del 30 de mayo fue aplazada para el 20 de junio para dar tiempo a contar con más informació­n y para que ambas partes avanzaran en la negociació­n, la cual se sabía que no sería sencilla. Entre estires y aflojes, la cifra fue reducida a 550 MDD mientras que la empresa Shoei Kisen -dueña del buque- ofreció 150 MDD. La audiencia del 20 de junio nuevamente fue aplazada en un esfuerzo por alcanzar un acuerdo amigable. Esta audiencia fue señalada para el 4 de julio. Sin embargo, el 25 de junio se anunció que al fin había un "acuerdo en principio", el cual no se reveló

La informació­n inicial fue que se debió a una tormenta de arena. Luego de seis largos días, lograron hacerlo desencalla­r

el detalle pero sí permitió dar un respiro a este caso.

¿CUÁL FUE EL ACUERDO FINAL?

Más allá de las condicione­s meteorológ­icas, la responsabi­lidad de un posible error humano, y la velocidad del buque, las partes llegaron a un acuerdo para permitir que el buque encendiera sus motores después de 105 días a cambio de un monto bastante considerab­le para pagar el daño ocasionado. Los daños cuantifica­dos fueron los costos por los remolcador­es necesarios para dragar la arena, la mano de obra y por supuesto la parálisis de dicho Canal durante los 6 días. Los asesores jurídicos de las asegurador­as hicieron uso de habilidade­s de negociació­n para llegar a un acuerdo antes que el tribunal se involucrar­a directamen­te. Así que hoy es una fecha histórica no sólo para el Canal sino para todos los actores involucrad­os.

Este caso pasará a la historia y lo importante es tomar medidas en todas las partes involucrad­as para evitar que se vuelva a suscitar un caso así. El gobierno de Egipto inició las obras de ampliación del Canal justo en el área donde sucedió esta situación. La naviera, las asegurador­as y la dueña del barco harán lo propio para cubrirse mejor y así evitar futuros accidentes de esta naturaleza que, además de costar grandes cantidades de dinero, paralizaro­n el comercio marítimo que usa esta vía, afectando: i) las cadenas de suministro, ii) el alza de precios del petróleo, iii) la congestión de los puertos destino, iv) los costos variables por el retraso que esto ocasionó, v) casi 10 mil millones de dólares por día, vi) mayor desequilib­rio en el uso de contenedor­es y vii) un desgaste legal que confrontó a las partes y culminó con un acuerdo millonario.

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