En tiempos
Como los actuales, en que, gracias a las jornadas de vacunación, en México y en el mundo, de una u otra forma, se empieza a vislumbrar cómo se darán las cosas en una época post covid-19, se hacen toda clase de proyecciones sobre cómo habrá de retomarse el
Ese, por supuesto, es un tema prioritario en todos los países, pero cada quien ve con particular interés al suyo, en nuestro caso, México y aquellos que tienen una mayor influencia sobre la marcha propia, como pasa con Estados Unidos, nación con la que tenemos poco más de 3 mil kilómetros de frontera y que es nuestro principal socio comercial.
Retomando que el crecimiento esperado para 2021, sería de máximo un 6 por ciento, por más que esto pudiera sonar muy bien, no nos colocaría ni en el nivel que la economía mexicana tenía hacia el final del 2018 y según los analistas, para llegar tan solo a ese nivel, esencialmente presexenal, seria algo que nos tomaría hasta el final de la actual administración, en la recta final del 2024. Más allá del solo crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), hay otros ramos que tienen una relación directa con la economía familiar, por ejemplo, las ventas de las tiendas de autoservicio, mismas que según la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), habrían crecido en junio pasado alrededor de un 23 por ciento a tasa anual, es decir, en comparación con junio de 2020, que fue uno de los meses más duros del confinamiento decretado por la pandemia. La cifra del 23 por ciento de incremento, suena por demás atractiva.
Pensando en nuestro país, tanto el Gobierno federal, como diferentes grupos financieros y bancos, han pronosticado un crecimiento tentativo de entre un 5 y un 6 por ciento para el presente 2021, una cifra que como tal suena muy atractiva, pero si tomamos en cuenta que venimos de dos años sin crecimiento, como el 2019, cuando la caída no llegó ni al punto porcentual y el pandémico 2020, cuando el decrecimiento fue más allá de -8.5 por ciento.
Retomando que el crecimiento esperado para 2021, sería de máximo un 6 por ciento, por más que esto pudiera sonar muy bien, no nos colocaría ni en el nivel que la economía mexicana tenía hacia el final del 2018 y según los analistas, para llegar tan solo a ese nivel, esencialmente presexenal, seria algo que nos tomaría hasta el final de la actual administración, en la recta final del 2024.
Más allá del solo crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), hay otros ramos que tienen una relación directa con la economía familiar, por ejemplo, las ventas de las tiendas de autoservicio, mismas que según la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), habrían crecido en junio pasado alrededor de un 23 por ciento a tasa anual, es decir, en comparación con junio de 2020, que fue uno de los meses más duros del confinamiento decretado por la pandemia.
La cifra del 23 por ciento de incremento, suena por demás atractiva, pero hay que tomar en cuenta que parte desde uno de los puntos de caída más profunda, como el sexto mes del año pasado, además de que coincide con un incremento de uso de tarjetas de crédito, lo que señala que las familias estuvieron haciendo uso de ese instrumento para abastecer las compras de despensa del hogar.