Viejos los blockbusters y, ¿reverdecen?
El director indo-estadounidense M. Night Shyamalan, tiene una enfermedad crónica y hasta cierto punto endémica: protagonitisaguditus virulenta y supurada. El síntoma más claro es que durante dos momentos importantes de su más reciente filme Viejos (Old, EU, 2021), hace sendas apariciones, que sobrepasan el mero recurso del cameo.
Al director, ya no le es suficiente emular a Alfred Hitchcock , quien solía aparecer al inicio de sus historias para no distraer al público y de plano el cineasta nacido en la India en 1970 se da un personaje en la trama y en un momento determinado se pone hasta la cámara enfrente. Momentos autorreferenciales de metaficción, que claro, inciden en la obra. Las críticas a su película no han sido del todo buenas, y para ser francos, el que este escribe no amaneció con ánimo de ser la excepción.
Luego de este chascarrillo, pasemos pues a analizar Viejos. La película , basada en una novela gráfica, Sandcasttle, de Pierre Oscar Levy y Frederik Peeters, cuenta la historia de una familia en crisis ¿y cuál no?, que en unas vacaciones en un lugar paradisíaco reciben la propuesta del gerente del hotel, interpretado por Gustaf Hammarsten, de viajar a una playa escondida pero muy bella.
Guy (Gael García Bernal), Prisca ( Viky Krieps) y los pequeños Trent (Nolan River) y Maddox (Alexa Swinton) se disponen a divertirse pero se dan cuenta que un grupo de turistas como ellos irán en el paseo. Ya instalados en la convivencia, los vacacionistas se percatan que algo raro sucede en la playa, todo indica que el tiempo pasa más rápido.
En realidad, la idea original es bastante buena, pero para desgracia del director, esto no es 1998 y el ritmo y vueltas de tuerca ya se notan repetitivos. Como si de una franquicia se tratara, el estilo del cineasta (los villanos, por ejemplo, cargan con debates éticos-pop), se percibe algo excesivo y de arquetipo. A pesar de que en un primer plano le apuesta a cierta inteligencia en el desarrollo, no queda más que como un mero entretenimiento con pretensiones de cierta filosofía, pero en un nivel muy básico.
Por momentos incluso, parece que vemos un regular episodio de La dimensión desconocida y uno malo de La isla de Gilligan, con todo y nuestro compatriota Gael incluido en el papel estelar. Hay villanos como el gerente del hotel, cómicos, mágicos y musicales, apariciones en pantalla que destacan como la de Rufus Sewell quien está muy bien en su papel y el mismo García Bernal –ya en serio– que saca de forma discreta pero efectiva su rol. Es un actor que quizá no es tan intuitivo pero se ve que sabe escuchar y entender.
En suma, es un trabajo medio de M. Night Shyamalan, como ya es su costumbre, y que en los noventa hubiera sido tal vez una obra destacada. No siempre lo que fue un blockbuster en el pasado funciona en la actualidad. Eso sí, es un trabajo más íntegro que la mayoría de la horda de súper héroes. Y dista mucho de ser Hitchcock.
La película está regular. Eso, o que ya me estoy haciendo viejo.