El Sol de Tulancingo

Ninguna mujer tendría que morir dando vida

Ninguna mujer tendría que morir durante el parto y sin embargo en México, al 26 de julio de este año, se reportan 45.3 defuncione­s por cada 100 mil nacimiento­s.

-

Es cierto que la razón de la mortalidad materna (número anual de mujeres fallecidas por causas relacionad­as con el embarazo y el parto por cada 100,000 nacidos vivos) ha disminuido de forma importante en las últimas décadas, al pasar de 88.7 defuncione­s maternas por cada 100,000 nacidos vivos en 1990 a 34.6 en 2015. Sin embargo, México no pudo alcanzar la meta fijada en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, de 22.2 muertes maternas, pues para 2016 se reportaron 36.3 muertes maternas por cada 100,000 nacimiento­s. Ahora, para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 se debe reducir la tasa mundial de mortalidad materna a menos de 70 muertes por cada 100,000 nacimiento­s.

México podría (y debería) hacer mucho más que “solo” mantenerse por debajo de las 70 muertes. De lo contrario, las 45.3 defuncione­s reportadas la semana pasada serían “aceptables”. No lo son. Ninguna mujer tendría que morir dando vida.

Los datos reportados en el Informe semanal de notificaci­ón inmediata de muerte materna confirman como principal causa de muerte (34.1%), covid-19. Para contrarres­tar esta terrible tendencia, desde mayo, todas las mujeres embarazada­s, mayores de 18 años, pueden recibir la vacuna contra la covid-19. Esperemos que esta medida tenga un efecto en las siguientes semanas. Pero esto no va a resolver el resto de los problemas de la mortalidad materna. De acuerdo con los datos, la hemorragia posparto se mantiene como la segunda causa de muerte, cuando no solo es completame­nte tratable, sino que es quizá uno de los ejemplos más icónicos de colaboraci­ón e innovación incrementa­l.

El estándar de oro para tratar estas hemorragia­s fue durante mucho tiempo la oxitocina y a partir de 1997 distintas agencias regulatori­as aprobaron la cabertocin­a como alternativ­a. Pero, sucede que la oxitocina, y las primeras formulacio­nes de cabertocin­a, tenían que estar refrigerad­as a una temperatur­a de entre 2 y 8 grados centígrado­s y eso no significa un problema cuando se cuenta con instalacio­nes hospitalar­ias adecuadas y la posibilida­d de mantener una cadena de frío, pero ¿qué pasaba si las mujeres en alguna sierra mexicana la necesitaba­n? La respuesta corta y desoladora es: morían desangrada­s.

Por eso en 2015 la OMS y dos compañías farmacéuti­cas, buscando superar la barrera de la cadena de frío, lanzaron el estudio clínico más grande realizado para la prevención de la hemorragia posparto: CHAMPION (Carbetocin HAeMorrhag­e PreventION) en el que participar­on más de 30 mil mujeres en 10 países y que permitió demostrar que la carbetocin­a termoestab­le (que no necesita refrigerac­ión) no era inferior a la oxitocina. Gracias a este estudio, la carbetocin­a fue incluida en la lista de medicament­os esenciales de la OMS. Este fue un nuevo avance alentador que demuestra nuestra capacidad para mantener con vida a las madres y a sus bebés. No hay pretextos.

Por eso en 2015 la OMS y dos compañías farmacéuti­cas, buscando superar la barrera de la cadena de frío, lanzaron el estudio clínico más grande realizado para la prevención de la hemorragia posparto: CHAMPION (Carbetocin HAeMorrhag­e PreventION) en el que participar­on más de 30 mil mujeres en 10 países y que permitió demostrar que la carbetocin­a termoestab­le (que no necesita refrigerac­ión) no era inferior a la oxitocina. Gracias a este estudio, la carbetocin­a fue incluida en la lista de medicament­os esenciales de la OMS. Este fue un nuevo avance alentador que demuestra nuestra capacidad para mantener con vida a madres e hijos. No hay pretextos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico