México: una fábrica de talentos
A lo largo de los años he tenido una especial preocupación por la deserción escolar, el abandono del alumno a su obligación primaria; el estudio y la preparación. No es difícil comprender esta situación. Lo que expreso es mi seguridad de implementar en ex
La principal causa de la deserción escolar es la falta de una adecuada y justa orientación vocacional. Menciono adecuada y justa porque no debemos orientar grandes grupos de alumnos hacia disciplinas que ya se encuentran saturadas, lo cual sería, además de una pérdida de tiempo, una frustración más.
Pero en estos dieciocho meses de pandemia, en los que la educación se ha enseñado por vía remota, no presencial, los niveles de aprendizaje han sufrido una caída impresionante al grado que la mayoría de los estudiantes no tiene ni idea de lo que se les ha enseñado, y mucho menos tendrá bases para continuar con la educación presencial, seguramente a partir del próximo mes de agosto.
La educación se inicia en la familia, se incrementa en los jardines de niños, se establecen sus fundamentos en la educación básica, se formaliza y se encauza en el bachillerato. Podría decirse que en el cuarto año de este último nivel que menciono, el estudiante empieza a pensar en el camino que han de tomar sus estudios, en este momento debemos intensificar nuestros esfuerzos para orientar a los alumnos hacia una preparación que sea de su agrado.
En México existían diversos tipos de bachillerato; algunos eran de carácter técnico: ciencias sociales, ciencias físicomatemáticas, ciencias químicobiológicas, etc., y otros que proporcionaban una base cultural más amplia, aunque dentro de las mismas áreas.
Pero hoy es más importante pensar en encausar al estudiante hacia los nuevos