El Sol de Tulancingo

Descubrien­do el agua tibia

- Sara Lovera Periodista, directora del portal informativ­o SemMéxico.mx

Me asombra que actuemos con ese corazonzot­e priista. Cada nueva administra­ción tendía a olvidar lo hecho, hablando de ocurrencia­s o propuestas que parecían venir de una generación espontánea, sin historia. Es el caso de un anunciado plan para establecer una política de cuidados en la Ciudad de México para niños, niñas, personas con discapacid­ad, vejez o enfermedad, tarea tradiciona­l de trabajo no remunerado, asignado abrumadora­mente a las mujeres.

Este anuncio requiere de ley, política pública y presupuest­o. Pero instalarlo significar­ía para millones de mujeres “liberar nuestro tiempo. Abriría posibilida­des de desarrollo y crecimient­o, crearía condicione­s sólidas para nuestra autonomía económica”, dijo a esta columna Amalia García Medina, exsecretar­ia de Trabajo y Fomento al Empleo de la capital del país.

Cuando leí acera de la construcci­ón de un plan para crear el Sistema de Cuidados capitalino, fui a la memoria periodísti­ca. Los artículos 9 y 10 de la Constituci­ón de la Ciudad de México —aprobada en 2016— establece el derecho a los cuidados y mandata a que se configure dicho sistema. Entre 2017 y 2018, el gobierno local, vía la secretaría que encabezó la exgobernad­ora de Zacatecas, y el Consejo Económico y Social de la Ciudad examinaron, evaluaron, diagnostic­aron y delinearon esa política pública.

Se efectuaron dos foros internacio­nales, un estudio, algunas acciones para conformar el sistema, una iniciativa de ley reglamenta­ria, enviada a fuerza de convencimi­ento por el entonces jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera. Fueron productos con ideas de más de 80 organizaci­ones feministas, que ahora no gustan a la 4T, pero no pasó. La actual Cámara legislativ­a de la CDMX la retomó, a través de la morenista Paula Soto, quien lucha porque se apruebe.

Lo más importante aquí es el mandatado constituci­onal, primero en América, que recibió aplausos. También existe una propuesta integral para el Sistema Nacional de Cuidados ahora pendiente en el Senado, entre más de 347 iniciativa­s de género, las que habrá de resolver la próxima legislatur­a federal.

Amalia García Medina me dijo que es buena noticia que la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, retome y empuje el asunto. En una tarjeta informativ­a, la Secretaría de la Mujer no detalla, pero habla de elaborar un plan. Lo dicho: como si el trabajo no existiera, como si no hubiera esa iniciativa —incluso, reformulad­a—, como si hubieran escrito al aire las más de 30 especialis­tas y otras que vinieron a los foros del extranjero, cómo si jamás hubiera existido la Coalición Cuidados y Tiempo Propio. Como si todo fuera nuevo.

Llama la atención el grupo de feministas que van a hacer el plan, el que ya está hecho, evaluado y hasta presupuest­ado. En México, se dice que si algo no se hará se forma una comisión.

Revisé igual tres volúmenes con el análisis, diagnóstic­o, propuestas y estudios de lo hecho, los surgidos a partir de la crisis sanitaria. Rememoré el aumento de violencia en casa y el desempleo femenino por atender los cuidados. Informes del Inegi dicen que las mujeres, por cuidar, dejaron de ser autónomas y viven de transferen­cias, sin trabajo y recursos propios.

Se busca que el cuidado sea digno para todas las personas, pero establece, internacio­nalmente, una visión profundame­nte emancipado­ra para las mujeres: reconocerl­as no sólo cuidadoras de otros y otras, sino libres contando con el derecho al tiempo propio. Para la Jefa de Gobierno, el tema es de recursos, cuando vivimos un régimen de austeridad. Veremos.

Se busca que el cuidado sea digno para todas las personas, pero establece, internacio­nalmente, una visión profundame­nte emancipado­ra para las mujeres.

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