Retrata a la clase media
Amarres, la primera producción mexicana de HBO MAX, muestra las peripecias de una madre que se tiene que dedicar al esoterismo para salvar su situación económica
La serie Amarres, se estrena el 12 de agosto a través de HBO Max, aborda el suicidio, el bullying, el autismo y la homosexualidad
La actriz Gabriela de la Garza quiere ver en pantalla a mujeres que muestren todos sus matices, desde el amor que una madre siente por sus hijos, hasta la forma en que explora su sexualidad sin tapujos.
Por ello se siente muy honrada de protagonizar la serie Amarres, en la que interpreta a una mamá de clase media que, según ella misma asegura, representa el día a día de muchas mexicanas que son el sustento de su familia.
“Muchas nos veremos identificadas, finalmente somos nosotras quienes estamos presas de esta educación, y de esta forma de pensar en que tenemos que ser de cierta forma. Si eres madre de tres hijos y estás sola, hay un estigma, y si además éstos son cada uno de un padre distinto, peor”, comentó a El Sol de México.
Amarres muestra a la familia de Ana (interpretada por Gabriela de la Garza), una madre de tres hijos que desde niña aprendió de su abuela, (a quien tachaban de bruja), el negocio de la magia prehispánica y amarres. Tras sufrir un accidente automovilístico que la deja en bancarrota, se ve obligada a retomar la tradición familiar, pese a no tener esas creencias.
Para preparar su papel, la actriz acudió al Mercado de Sonora, ubicado en la Ciudad de México, para conocer los locales donde realizan los rituales, e incluso reveló que le practicaron algunas limpias para conocer en qué consisten.
“Sin duda cambió mi percepción de muchas cosas, entendí que la magia radica en la intención y la fe que uno le ponga a todo lo que hace y dice, y en el poder de las palabras, eso es algo con lo que sí me quedo”, afirma.
La guionista principal, Fernanda Eguiarte, compartió que en charlas previas con el director, Marcelo Tobar, se percataron que ambos habían pasado por escenarios similares mientras crecían, como el acudir a jugar a los parques, ir a la escuela en transporte público y tener abuelas o tías “dicharacheras”, y éstos a su vez eran parte de la realidad de muchos mexicanos, que no siempre se ven representados en pantalla.
"Marcelo y yo nos conocemos desde hace muchos años, y cuando empezamos a planear cómo se tenía que ver Amarres y desde dónde la queríamos contar, platicamos las historias de nuestras vidas y cómo habíamos crecido, y desde ahí dijimos ‘eso no lo hemos visto’", compartió.
"Ahí teníamos todos estos elementos que nos urgía ver, y que creemos que van a viajar muy bien no sólo en México, sino en Latinoamérica y en el mundo. Entonces creo que la clave fue esa, libertad y ganas de contar cómo es el país en el que crecimos", agregó.
Marcelo aseguró que no tiene por qué resultar extraño ver a una familia de clase media en una serie, ya que la mayor parte de la población en México pertenece a ese sector. “Existe este estigma desde la ficción donde los personajes que tienen problemas económicos son definidos por eso, son pobres y se tiene que tratar de dramas terribles”, señala.