El Sol de Tulancingo

CHARLYN CORRAL

Al final del camino nadie sabe qué pasará, pero ahora, como antes, tengo ganas de intentarlo, de marcar la diferencia y qué mejor que sea con tu gente

- Charlyn Corral Twitter / @somosversu­s

Me encuentro volando hacia México para quedarme al menos por un tiempo. Este año me enseñó muchas cosas y una de ellas es que no se puede controlar el futuro, no sabemos lo que pueda pasar y aun así nos olvidamos de vivir al máximo el presente, de disfrutar a las personas y dejar que te disfruten. Después de casi 10 años y 3 países, vuelvo a mi país, me pongo a pensar en ese primer avión con mi maleta cargada de sueños y miedos también, porque era la primera vez que viviría sola muy lejos de casa. Recuerdo que me interrogab­a sobre muchas cosas, sin embargo, una cosa tenía clara, pasara lo que pasara conseguirí­a triunfar, conseguirí­a dejar mi huella en la cancha y fuera de ella. Sinceramen­te no sabía si iba a meter 1, 10 o 100 goles, lo único que sabía es que haría todo por intentarlo, siendo fiel a mí, a mis raíces y a lo que me dictara el corazón.

Me regreso de España después de la lesión más fuerte en mi carrera deportiva, sin duda algo que nunca me imaginé. Lo que sí me imaginé fue regresar con la misma ambición que cuando me fui, sólo que con más experienci­a, sabiduría y con más ganas de impactar en mi gente diciéndole con acciones: sí se puede. Y cuando digo sí se puede no sólo me refiero a los goles o títulos, eso al final pasa a segundo término, a lo que me refiero es a que sí puedes ser tú misma en otro país, sí se puede aprender a disfrutar de la soledad, sí se puede impactar en los corazones de muchas personas sin importar de dónde vengas, pero sobre todo, sí se puede aprender a escuchar a tu corazón, porque así como me dijo alguna vez “vete”, hoy me dice “vuelve”. Hoy me dice vuelve, porque vas a renacer y qué mejor que sea con tu gente, como cuando eras niña y empezaste a jugar.

Eso quiero y eso haré. Sinceramen­te al pensarlo se me sale una sonrisa, siento la adrenalina corriendo por mis venas. Porque al igual que cuando me fui, no sé si meteré 10, 20 o 200 goles, lo que sí sé es que tengo ganas, ganas de intentarlo, ganas de marcar la diferencia en el futbol y en las personas hasta conseguir la inmortalid­ad.

Así que ahora sólo agradezco a Dios y a la vida por todas sus enseñanzas, porque definitiva­mente todo lo que pasa en la vida es por algo y a mí la lesión me vino a aclarar mis ideas. Me vino a decir: la vida es dura, pero no tan mala como crees, porque siempre habrá personas que te iluminen y te digan: no estás sola. Siempre habrá cosas y momentos únicos que te hagan sonreír.

Hoy me regreso en paz, porque a pesar de ser un año raro y diferente para mí, volví a ser yo. Volví a encontrar esa chispa que por un momento, no sé porqué, se empezó a cohibir. Supongo que esto nos pasa a todos en algún momento de nuestra vida. Sin embargo, lo más importante es rectificar y recordar quién eres y hacia dónde vas, porque si alguna vez lo hiciste, lo volverás a hacer.

Regreso a México porque hoy en día es mi sueño, mi meta por cumplir y conquistar. Mañana podrá cambiar, el tiempo lo dirá, sólo me toca entregarme al máximo en mi presente, a través de mi futbol y mi forma de ser.

Quiero empezar y quiero empezar ya, porque lo que me espera es grandioso, lo sé.

¡Seré valiente y perseveran­te! Lo conseguiré.

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