Carolina Viggiano
Recientemente los estados de Hidalgo, Veracruz y Puebla vivieron el paso del huracán Grace que dejó más de 835 mil personas afectadas, debido a los fuertes vientos y lluvias, que causaron deslaves y desbordamientos de ríos.
Veinte municipios del estado de Hidalgo sufrieron diferentes afectaciones, como la pérdida de ganado y cultivo, la incomunicación carretera, pérdida de señal telefónica, daños a viviendas y más de tres mil habitantes quedaron incomunicados.
Entre los municipios con mayores afectaciones se encuentran Tenango de Doria donde colapsó un puente que es el paso a nueve comunidades en la sierra otomí-tepehua, así como en Huehuetla más de 30 comunidades se quedaron sin servicios básicos, por el desbordamiento del río Pantepec que ocasionó inundaciones y más de mil 500 familias requieren alimentos. En San Bartolo Tutotepec, más de 10 mil habitantes están siendo afectados por los derrumbes y las inundaciones.
Ante estos fenómenos naturales, en 1996 fue creado el Fondo de Desastres Naturales, sin embargo el 28 de julio pasado, Morena desapareció el FONDEN. Cabe recordar que este Fondo era un instrumento financiero que tenía por objeto proporcionar suministros de auxilio y asistencia ante situaciones de emergencia, respondía de manera inmediata y oportuna a las necesidades para la protección de la vida y la salud de la población.
Lo cierto es que el Fonden funcionó muy bien en los desastres naturales, recordemos en 2015, con el huracán Patricia, considerado uno de los más peligrosos de México, dejó varios daños materiales y muertes, el Gobierno dispuso de aproximadamente 250 millones de pesos para atender a más de 10 mil familias afectadas.
Es necesario regresar este tipo de fondos porque ayudaban a resolver necesidades básicas de los damnificados, la reconstrucción o construcción de viviendas y resarcir los daños en infraestructura carretera que hoy presenta un grave deterioro que obstruye el desarrollo de nuestras regiones.