Los años por venir
En varios análisis sobre el futuro inmediato, una década adelante por lo menos, se habla del descubrimiento inminente de curas contra diferentes tipos de cáncer, hasta de vacunas para su prevención, para ejemplificar uno de varios cambios que vienen a niv
La pandemia será un parteaguas, pero el progreso tecnológico y científico aplicado a la conservación física apenas estaría consolidándose. Terapias genéticas, modificaciones celulares y ajustes de ADN son procedimientos que están siendo estudiados en estos momentos y que pueden volverse de uso común más pronto de lo que creemos. Esta puede ser una extraordinaria noticia para evitar enfermedades, reducir la carga que significa para el planeta que enfermemos y abrir la puerta para muchos más años de productividad personal, el problema es que no sucediera para todos.
Seguir arrastrando enfermedades que pensábamos eliminadas y que se concentren en países y regiones que no cuentan con la infraestructura o los recursos para establecer un sistema de salud y de prevención adecuado hará que la brecha se equidad en el mundo se amplíe todavía más, si eso era posible.
Ya no hablaríamos de una concentración de ingreso o de recursos naturales y materias primas, sino de naciones sanas y naciones enfermas, las últimas rezagadas porque no pueden acceder a terapias y aparatos que permiten curar a personas que antes estarían condenadas a muerte.
Podríamos estar frente a un escenario que solo hemos visto en la ciencia ficción en donde se pueden reemplazar extremidades, tejidos y órganos, para estirar la vida en un estado de buena salud y de buena condición. Si alguna vez nos hemos preguntado cuántos años quisiéramos vivir, es probable que la mayoría de nosotros desee que sean muchos, con algunas condiciones: movernos con independencia y pensar con lucidez.
Estamos cerca de superar una prueba muy difícil, con costos importantes, que será un antes y un después. Lo que venga tendrá que hacernos diferentes, mejores, en lo interno y en lo externo para aprovechar las lecciones de esta crisis y del estado en el que se encuentra nuestro hogar. No hay nada más importante que la vida, pero ésta debe vivirse de manera correcta, plena, con el convencimiento de que siempre debemos darle un sentido.