Una herencia de generación en generación
En 1956, el ídolo de México era el boxeador Raúl Macías, en ese momento campeón mundial. Justo en ese año y por su afición al boxeo y al propio “Ratón”, el entonces joven Vicente Gallegos Murillo, originario de Michoacán, decidió vender periódicos en los rumbos de Tacuba, para que le llegara el diario ESTO y pudiera enterarse de la actividad boxística y actoral del popular pugilista porque en esos tiempos era un lujo tener televisión o siquiera una radio.
Tres años después, con sus propias manos construyó un puesto de madera, ahora en Los Reyes Acaquilpan, Estado de México, en la concurrida calle Morelos para establecerse y seguir con la venta de periódicos y ampliarlo con revistas poniéndole “Esperancita”, nombre de su esposa.
Han pasado 65 años y ahí se mantiene el expendio, aunque don Vicente ya no está, pues murió en 1987. Entonces tomó las riendas doña Esperanza, con la ayuda de sus pequeños hijos Vicente –ahora con 81 años– y Salvador Gallegos Tamayo –73 años–. En 1994 fallece la señora Tamayo y se encargaron del local Vicente y Salvador.
Justamente don Chava es quien cuenta brevemente la historia de esta tradición familiar que va en su tercera generación.
“Desde chavitos, mi hermano Vicente y yo veníamos al puesto para ayudar a mis papás a vender los periódicos. Y nos gustaba porque podíamos leer el ESTO y enterarnos de los deportes”, nos comenta.
Agrega: “Fueron tiempos muy bonitos. Lamentablemente en la actualidad el internet nos ha dado en la torre, pero aquí seguimos echándole ganas”.
Don Salvador se fue a radicar a Tijuana y entonces se quedó al frente del puesto su hermano Vicente, quien actualmente se encuentra delicado de salud y no pudo charlar con ESTO. Pero en su representación lo hizo su hijo Jorge Gallegos, actual encargado del negocio.