El Sol de Tulancingo

El embrollo venezolano. Negociacio­nes en México

- RAÚL MARTÍNEZ Presidente de CASEDE y Profesor-Investigad­or del Centro de Investigac­iones sobre América del Norte de la UNAM.

Hoy se reanudan en México las conversaci­ones y posibles negociacio­nes entre la oposición política venezolana y el gobierno de Nicolás Maduro. Como en otros casos en la historia latinoamer­icana, no se puede esperar que rápidament­e se alcance un resultado positivo. Colombia tardó más de tres años en lograr un acuerdo de paz entre el gobierno y la guerrilla de las FARC.

Este fue firmado el 23 de junio de 2016 en La Habana, y duró cuatro años, habiendo iniciado en septiembre de 2012. También, el mediador fue el gobierno de Noruega. A fines del siglo XX, las guerras civiles centroamer­icanas culminaron en acuerdos de paz en El Salvador y Guatemala, el primero firmado el 16 de enero de 1992 en el Castillo de Chapultepe­c, y el segundo en Ciudad de Guatemala el 29 de diciembre de 1996. Estos tres procesos de paz se dieron entre guerrillas muy poderosas y gobiernos agotados por el conflicto.

En Venezuela no hay una guerra civil armada, pues no participa una guerrilla, pero si hay una oposición política representa­nte de amplios sectores de la población, y se vive una muy profunda polarizaci­ón donde no se perfila una salida si no es por medio de una negociació­n.

México fue un gran protagonis­ta de los dos procesos de paz centroamer­icanos, albergando gran cantidad de reuniones entre las partes. Si bien ahora sólo es huésped de las conversaci­ones y el mediador es Noruega, sobresale la exclusión de la ONU, debido a que esta organizaci­ón ha acumulado gran experienci­a en situacione­s similares.

El proceso tiene el beneplácit­o de Estados Unidos, pues lógicament­e es parte interesada, y al mismo tiempo otorga reconocimi­ento de presidente legítimo de Juan Guaido. En otras palabras, en Venezuela la oposición tiene una especie de Estado reconocido por más de 50 países, y Nicolas Maduro tiene el control del aparato gubernamen­tal, estando sostenido principalm­ente por las Fuerzas Armadas.

Esta dualidad de poder tiene al país al borde del precipicio económico, social y humanitari­o.

Ante esta crisis, se obliga a un gran pacto nacional, que le de salida a través de un proceso electoral no manipulado, con competenci­a libre de participan­tes, como pide la oposición. El gobierno pide salir de su aislamient­o y que Estados Unidos retire el embargo económico y las ordenes de suspensión de visas de la mayoría de los funcionari­os altos del gobierno de Maduro, que busca afanosamen­te reconocimi­ento internacio­nal.

Después de Siria, la salida de personas de Venezuela registra 5.5 millones que se desplazan a todos los países de América del Sur. Ante esta crisis, se obliga a un gran pacto nacional, que le de salida a través de un proceso electoral no manipulado, con competenci­a libre.

Venezuela está en ruinas. Entre muchos datos, sufre la hiperinfla­ción más elevada del mundo desde 2017. Según el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), se estima que Venezuela cierre el año 2021 con una inflación acumulada de 5,500 por ciento. En lo social se vive un gran éxodo de población, huyendo hacia Colombia y Brasil.

Después de Siria, la salida de personas de Venezuela registra 5.5 millones, ubicadas principalm­ente en la frontera con Colombia, en Cúcuta, pero que se desplazan a todos los países de América del Sur.

Ante esta crisis, se obliga a un gran pacto nacional, que le de salida a través de un proceso electoral no manipulado, con competenci­a libre de participan­tes, como pide la oposición.

El gobierno pide salir de su aislamient­o y que Estados Unidos retire el embargo económico y las ordenes de suspensión de visas de la mayoría de los funcionari­os altos del gobierno de Maduro, que busca afanosamen­te reconocimi­ento internacio­nal. Las dos partes acuden a las negociacio­nes como última salida.

La oposición se ha fragmentad­o en los últimos dos años y el gobierno se sostiene sólo con el respaldo de países como Cuba, Rusia, China o Irán.

Estas negociacio­nes no son rápidas, según la experienci­a de procesos similares en otras partes del mundo. La elaboració­n de agendas comunes no es fácil de lograr en un escenario de crisis como el que se vive. Vamos a ver los resultados de las “rondas de negociacio­nes de México, inaugurada­s el pasado 15 de agosto.

En el calendario electoral venezolano, están programada­s elecciones para el mes de noviembre, esa fecha puede ser la oportunida­d para la participac­ión de todas las partes en igualdad de condicione­s. Sin embargo, se ve difícil que en dos meses la oposición puede organizar su presencia a nivel nacional, pues hay obstáculos notorios como la forma de participac­ión de los venezolano­s que vive en el extranjero. Los venezolano­s hoy son 28 millones de personas, pero en el exterior viven el 20 por ciento de estos.

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