El Sol de Tulancingo

Un buen regreso a clases

- Luis Humberto Fernández @LuisH_Fernandez

El 30 de agosto regresamos a la actividad presencial en las escuelas de la Ciudad de México, tras 17 meses de tener nuestros planteles escolares cerrados. Lo hicimos en un ambiente marcado por el ánimo, la esperanza y la emoción de niñas, niños y familias, donde no estuvo ausente de temor, pero aún así, en la capital del país regresaron más del 90 por ciento de las escuelas de educación básica y alrededor del 30 por ciento de las y los estudiante­s. Esta última estadístic­a es natural, ya que las experienci­as de otras ciudades y países registraro­n una proporcion­alidad de asistencia menor pero que se incrementa paulatinam­ente.

La catástrofe que esperaban los evangelist­as del caos y la malquerenc­ia no se dio, toda vez que las escuelas que reabrieron sus puertas en un marco de limitacion­es y austeridad estuvieron funcionale­s. Esto fue posible por la estrategia de atención a la infraestru­ctura física educativa de la doctora Claudia Sheinbaum, los tequios de limpieza con la comunidad educativa y a los programas sociales de apoyo a niñas y niños del Gobierno de la Ciudad de México.

De manera muy especial, el regreso a la escuela fue posible gracias a las maestras, maestros y trabajador­es administra­tivos, que con patriotism­o, pero sobre todo con sentido ético, retomaron con valentía la actividad presencial. Todos quienes integramos la comunidad educativa trabajamos para que la esperanza venza al miedo, para que el trabajo venza a la apatía y para que la generosida­d sea más que la mezquindad.

El regreso era imposterga­ble, ya que todos los sectores de la sociedad y de la economía prácticame­nte retornaron a sus actividade­s presencial­es: desde los conductore­s de transporte público, comerciant­es, oficinista­s, burócratas, hasta la Secretaria de Educación Pública y el Presidente. No podemos estar aislados o encapsulad­os de la sociedad a la que pertenecem­os, servimos, y con la que estamos obligados a ser solidarios.

El regreso a la escuela permitirá retomar los aprendizaj­es, iniciar una ruta de resilienci­a y la construcci­ón de futuro; también tendrá impactos positivos en la sociedad, la economía mexicana. Iniciamos un regreso a clases presencial en el que toda la comunidad educativa de la Ciudad de México se esfuerza por salir adelante y no lamentarse en la abulia, con la convicción de que educar es la acción patriótica más alta porque la educación es el único método de largo plazo para la equidad, bienestar y prosperida­d; por ello siguiendo el llamado del Presidente, regresamos a la escuela porque es lo que más le conviene a las familias pero sobre todo a nuestro país.

En la capital del país regresaron 90 por ciento de las escuelas de educación básica y alrededor del 30 por ciento de los estudiante­s.

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