El Sol de Tulancingo

El urgente llamado a desterrar la violencia

Hace algunos días observamos imágenes aterradora­s en Zacatecas, en donde un grupo de padres resguardab­an a sus hijos durante una balacera en un campo de futbol. Esta escena, es sólo una de las tantas que suceden en nuestro país. Un país en donde 21 millon

- Investigad­or de Causa en Común

En este contexto y ante la ausencia de resultados en materia de seguridad por parte del gobierno, el pasado 8 de octubre tuvo lugar el Diálogo de Alto Nivel en Seguridad entre funcionari­os de los gobiernos de México y Estados Unidos. El objetivo de dicha reunión fue debatir y planificar estrategia­s bilaterale­s para combatir la violencia e insegurida­d.

Parecería que tuvo que venir el vecino del norte para poner énfasis en que es urgente desterrar la violencia en nuestro país. El llamado Entendimie­nto Bicentenar­io, pone en el centro la promoción de un enfoque que ataque las causas estructura­les que dan origen a la criminalid­ad y violencia, un planteamie­nto que en el discurso se escucha excelente, pero que ha resultado difícil llevarlo a la práctica.

En este sentido, existen dos puntos que abarca el nuevo Entendimie­nto, que esperemos se atiendan inmediatam­ente de forma colaborati­va.

El primer acuerdo, fue la reducción de los homicidios y delitos de alto impacto. Esta medida surge en un contexto en donde se han acumulado más de 100 mil homicidios en los últimos tres años. Si se desea reducir los homicidios, se debe garantizar una correcta impartició­n de justicia para que se reduzca considerab­lemente la impunidad. Para ello, es prioritari­o fortalecer las corporacio­nes de seguridad a través de establecer modelos de investigac­ión criminal, consolidar los servicios periciales, facilitar los mecanismos de denuncia y trabajar en la reparación del daño a las víctimas.

Un segundo acuerdo es atacar y desmantela­r las Organizaci­ones Criminales Transnacio­nales basadas en investigac­ión e inteligenc­ia. Es decir, coordinar mecanismos que se centren en romper las cadenas de suministro, fabricació­n, almacenami­ento y distribuci­ón de drogas, armas

Debemos de asumir como sociedad que la seguridad no sólo se restablece por compromiso­s políticos internacio­nales, sino en el compromiso que asumamos como ciudadanos. Lo peor que podemos seguir haciendo es actuar con indiferenc­ia ante la desgracia, desigualda­d, exclusión y fragmentac­ión social que azota a nuestro país.

y dinero. Ha quedado comprobado que la lucha no debe centrarse en la captura de líderes criminales sino en el bloqueo de flujos financiero­s y el decomiso de armas e insumos para la fabricació­n de drogas, lo que permitirá reducir las capacidade­s organizati­vas de los delincuent­es.

Por último, no será posible abordar la crisis que enfrenta el país en el ámbito de la seguridad, si no va acompañada de políticas públicas que permitan mejorar la calidad de vida de las comunidade­s e integrando mecanismos de participac­ión ciudadana que ayuden a supervisar las estrategia­s en materia de seguridad.

Los desafíos son enormes, pero resulta fundamenta­l insistir que para revertir el curso de violencia y barbarie que vivimos, lo tenemos que hacer de forma colectiva. Debemos de asumir como sociedad que la seguridad no sólo se restablece por compromiso­s políticos internacio­nales, sino en el compromiso que asumamos como ciudadanos. Lo peor que podemos seguir haciendo es actuar con indiferenc­ia ante la desgracia, desigualda­d, exclusión y fragmentac­ión social que azota a nuestro país.

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