Los desastres no son tan naturales
Inadecuada urbanización, falta de planeación, condiciones inseguras, insalubridad, desigualdad y pobreza son causas de las catástrofes, pues son eventos construidos socialmente y cuyos graves estragos a nivel humano no dependen tanto de la naturaleza.
Así lo considera la investigadora del Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM, Irasema Alcántara Ayala, quien explica que amenazas como los sismos, tsunamis y erupciones volcánicas, que tienen origen natural, se convierten en devastaciones porque existen sociedades vulnerables expuestas a ellos.
Inundaciones, sequías y deslizamientos de tierra son socio-naturales, pues la actividad humana incorrecta está relacionada con su ocurrencia, señala Alcántara Ayala, al ofrecer la conferencia a distancia “Desastres: hacia la comprensión y concientización del riesgo y su inaplazable reducción”, dentro del ciclo Después del 2030: Mujeres líderes por un futuro sustentable”.
En el evento, organizado por la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad (COUS) de la UNAM, abundó que en las últimas décadas hemos sido testigos de las consecuencias de las adversidades tanto en países de economías avanzadas, como Japón y Estados Unidos, así como en aquellos con mayor desigualdad y pobreza, como Haití.
“La Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres dio a conocer que el número e impacto de los ocurridos en las primeras dos décadas de este siglo duplicaron los sucedidos durante los dos últimos decenios del siglo pasado”, refirió, precisando que de 2000 a 2019 se registraron más de siete mil sucesos, en contraste con los más de cuatro mil de la década anterior.
En el mismo lapso, la mayor cantidad de catástrofes ocurrió en Asia y América, mientras que las asociadas con inundaciones fueron con más consecuencias y preocupación en todo el mundo.