Mueren en el olvido a causa del Covid-19
Sólo en la capital del país existe el registro de 160 cuerpos sin identificar de personas que perdieron la vida por coronavirus confirmado o probable, entre marzo de 2020 y agosto de 2021
“Luchó hasta el final, pero nunca pudo pronunciar una palabra por la situación en la que llegó...”
“GRACIELA” ENFERMERA
El hombre de 94 años ingresó al Hospital de La Villa, en la alcaldía Gustavo A. Madero. Llegó sin nombre y se fue sin nombre
CDMX. Lo nombraron Félix. La idea fue de una enfermera. Fue ella quien recordó que ese día era el de San Félix en el santoral. Todo el personal médico sabía que el destino de esa persona de la tercera edad, sin nombre, sin nadie que preguntara por él, era la fosa común.
El hombre de 94 años ingresó al Hospital de La Villa, en la alcaldía Gustavo A. Madero, el 14 de junio de 2020. Llegó sin nombre y se fue sin nombre. Murió a los dos días de diagnosticarle Covid-19.
No había ningún rastro para poder identificarlo. Los rescatistas del Escuadrón de Rescates y Urgencias Médicas (ERUM) sólo informaron en ese centro de salud del gobierno de la Ciudad de México que lo “levantaron” en “muy malas condiciones”, cerca del Metro Talismán, luego de un reporte ciudadano.
Graciela –opta por no dar su nombre real por motivos de seguridad laboral– fue de las enfermeras que cuidó a Félix esos dos últimos días de su vida.
“Luchó hasta el final, pero nunca pudo pronunciar una palabra por la situación en la que llegó... Había y todavía hay mucho desconocimiento sobre este virus. Era notorio que el anciano había sido abandonado en la calle. No traía nada que lo pudiera identificar, una credencial, una placa, un papel. Nada”.
El caso de Félix coincide con fechas, lugares, edad y destino que contiene la base de datos del Instituto de Ciencias Forenses (Incifo) de la Ciudad de México, específicamente la casilla marcada con el número 2413.
En ese recuadro, en la fila sobre “diagnóstico”, se establece que la causa del deceso fue por “insuficiencia respiratoria. Neumonía atípica con probable SARS-CoV-2”.
Más adelante, en el penúltimo recuadro, sobre el destino del cuerpo, se señala “Panteón Civil de Dolores”, donde se encuentra la única fosa común en la capital del país, en la alcaldía Miguel Hidalgo, en la Tercera Sección del Bosque de Chapultepec. En la última variable de la base de datos del Incifo, referente al “estatus de identificación”, sólo aparece la palabra “desconocido”.
En esa situación están otros 159 cadáveres que se han ido acumulando desde el 18 de marzo de 2020 –cuando las autoridades de salud anunciaron el primer deceso en México por coronavirus– hasta el 31 de agosto de 2021, de acuerdo con la respuesta a una solicitud de información que realizó
Organización Editorial Mexicana al Tribunal Superior de Justicia del Poder Judicial de la Ciudad de México (TSJCDMX).
Sólo en la capital, en la fosa común del Panteón Civil de Dolores están los cuerpos de 134 hombres y 26 mujeres, los cuales se apilan uno tras otro.
“En México, a diferencia de otros países, no se hizo una prueba de PCR a los cadáveres para poder confirmar la posibilidad de que fuera un cuerpo que hubiera padecido coronavirus. Por lo tanto, debemos manejar estas estadísticas como casos sospechosos, o en algunos confirmados, pero por el hospital, no por el Incifo”, explica Felipe Takahashi Medina, director del Incifo.
OLVIDADOS EN VIDA Y MUERTE
Jóvenes, adultos y personas adultas mayores, que van de los 21 a los 97 años de edad, moldean esta cara desconocida de la pandemia. Personas abandonadas a su suerte que alguna vez tuvieron un nombre. Mujeres y hombres que ni siquiera tuvieron el derecho a portar un papel que los identificara, a contar con un familiar o conocido que levantara la mano en la muerte, esa que se presentó en la vía pública, en albergues, en hospitales, en hogares, en vehículos y en prisiones de la capital del país.
Takahashi Medina, director del Incifo, expone que desde el inicio de la crisis sanitaria en México, específicamente en marzo de 2020, la institución que preside, conjuntamente con la Consejería Jurídica de la CDMX, determinó que se abrieran fosas comunes especiales para estos casos sospechosos, o confirmados de coronavirus, que quedaran en calidad de desconocidos.
Respecto al tiempo que tarda el Instituto de Ciencias Forenses en recibir y hacer el peritaje a los cadáveres con probable Covid-19 que llegan a esa institución, para que en caso de no ser identificados se envíen a la fosa común, el médico forense destaca que tratan de que sea el mismo que el de un cuerpo con otras características de fallecimiento, es decir, de tres a cuatro semanas, “todo con el propósito de que en ese lapso pueda ser identificado o reclamado”.
27 DE MARZO, EL PRIMER CASO
Número consecutivo: 1277. Tipo de diagnóstico: Covid en sujeto con cirrosis hepática. Descripción: Coronavirus como causa de enfermedades clasificadas en otros capítulos. Tipo de Muerte: Muerte natural. Sexo: Masculino. Edad: 56 años. Estado civil: Desconocido. Escolaridad: Desconocido. Nacionalidad: Desconocido. Ocupación: Desconocido.
Nombre de la calle donde ocurrió el deceso: Calzada Ermita Iztapalapa. Colonia: Citlalli. Alcaldía: Iztapalapa. Fecha: 27/03/2020. Mes: Marzo. Hora: 01:05.
Sitio de muerte: Hospital. Fecha de ingreso al Incifo: 30/03/2020. Fecha de egreso: 25/04/2020. Destino: Panteón Civil de Dolores. Estatus de identificación: Desconocido.
Habían pasado nueve días del anuncio oficial sobre el primer deceso en México por Covid-19. La pandemia todavía era un enigma para todo el país. La letalidad, la duración, los tipos de transmisión, los efectos inmediatos y los secundarios, pero sobre todo las historias que giraban en torno a esta enfermedad apenas comenzaban a escribirse.
Ese día, 27 de marzo de 2020 –cuando
Personas en el abandono, que van de los 21 a los 97 años de edad, moldean esta cara desconocida de la pandemia
el tablero de las autoridades de la Secretaría de Salud federal marcaba 12 decesos confirmados y 717 casos positivos–, ocurrió el primer caso de una persona “no identificada” que falleció en la capital del país por “probable Covid-19”.
En los meses posteriores, los casos de personas que murieron a consecuencia de la pandemia y que permanecen en calidad de “desconocidas” aumentó considerablemente, hasta llegar a la cifra de 160 al 31 de agosto de 2021.
Pero la tragedia no sólo estaba en los hospitales de la Ciudad de México –donde se han registrado 129 decesos de personas no identificadas–, sino que también se trasladó a las calles (13 fallecimientos) e igualmente a los albergues de asistencia e integración social del gobierno capitalino (10 muertes).
Además, a los hogares (cuatro casos), al interior de vehículos (un deceso) e incluso a los reclusorios, donde se han registrado tres decesos.
MUERTOS SIN OFRENDA
La tonalidad amarillenta que tienen las bolsas de plástico forenses contrasta con el barro negruzco que se moldeó en la tormenta de la noche anterior. Las zanjas mortuorias “especiales” se encuentran separadas de las otras fosas comunes. Segregados en vida y segregados en la muerte.
Un par de flores de cempasúchil se ahogan en un charco de agua que se formó en el rincón de una de las cavidades de tierra. Parece que alguien se acordó de uno de los olvidados.
Los preparativos para el Día de Muertos en el Panteón Civil de Dolores se dan un poco más para allá, donde están los que fueron sepultados con una lápida, con un nombre, con una fecha.
Pero de este lado, en este sitio fangoso y poco transitable, descansan 160 cuerpos de mujeres y hombres que no tendrán una ofrenda o al menos un simple recuerdo… Y sí. Puede que por ahí estén los restos de “Don Félix”.