Otro país, con las mujeres
Ha terminado la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe, con sede presencial en la Ciudad de México (70 personas), participando en forma virtual más de 650 asambleístas, distribuidos en 50 grupos de discernimiento, más miles que siguieron
Entre todos, descubrimos 41 grandes desafíos que presenta la realidad a nuestra Iglesia, y de ellos escogimos 12 prioritarios. Uno de éstos dice: Impulsar la participación activa de las mujeres en los ministerios, las instancias de gobierno, de discernimiento y decisión eclesial. Entre las orientaciones pastorales para enfrentar este desafío a nivel continental, propusimos: Crear una comisión latinoamericana, conformada por mujeres, que reflexione y profundice sobre su participación en las instancias de decisión de la Iglesia y en la formación de los presbíteros; contribuir al discernimiento sobre el diaconado femenino y nuevos ministerios; generar itinerarios formativos en las iglesias locales que fomenten el desarrollo integral de la mujer y su contribución en la vida y misión de la Iglesia.
Señalamos otro desafío que va en la misma línea: Reconocer y valorar el rol y el aporte de la mujer en la historia, en la sociedad y en la Iglesia. Para ello, propusimos: Crear la pastoral de las mujeres en la Iglesia local, nacional y continental, que garantice su promoción integral y participación efectiva en la vida de la Iglesia y de la sociedad; crear espacios para que mujeres de pueblos originarios, afrodescendientes y campesinas, compartan sus conocimientos, experiencias y prácticas en diversos ámbitos eclesiales.
Me llamó la atención que nadie pidió el sacerdocio ministerial femenino. Eso sí, le tundieron fuerte al clericalismo; tanto, que en mi grupo dije: Parece que el principal problema somos los clérigos… Ante esto, una laica brasileña, teóloga y psicóloga, dijo: Los clérigos son importantes y los necesitamos, pero sin abusos de poder; es más, dijo, el problema es también el caso de algunas mujeres muy clericalistas, a quienes importa mucho tener poder en la Iglesia… Lo mismo que pasaba en el grupo de los doce apóstoles: peleaban por el poder a la derecha e izquierda del Maestro. Son las tentaciones de siempre, a las que todos estamos expuestos.