El Sol de Tulancingo

GN mata más personas que las que hiere

Aunque en los combates modernos suele haber más heridos que muertos, en México ocurre lo contrario

- ANDRÉS M. ESTRADA

CDMX. Las ráfagas de las armas de fuego se escuchan de manera intermiten­te, es como si arreciara la lluvia, pero en lugar de agua es el metal de las balas y los casquillos que caen al piso. Este es el escenario de un enfrentami­ento entre elementos de la Guardia Nacional (GN) y personas armadas la madrugada del 17 de diciembre de 2019 en Irapuato, Guanajuato, que al finalizar tendrá un saldo de siete pistoleros y un solo agente muerto. Cinco meses después en Valparaíso, Zacatecas, el ambiente es similar con el deceso de cinco civiles armados y dos uniformado­s heridos.

Ambas tramas y sus actores forman parte de 239 enfrentami­entos entre agentes de la GN y civiles armados desde del 1 de julio de 2019, cuando entró en funciones la corporació­n, hasta el 30 de septiembre de este año, según datos obtenidos mediante una solicitud de acceso a la informació­n pública. En este lapso los combates dejaron un saldo de 100 agresores civiles fallecidos –presuntame­nte delincuent­es– y 30 heridos, lo que representa un índice de letalidad de 3.3 civiles armados asesinados por cada herido.

De acuerdo con un manual del Comité Internacio­nal de la Cruz Roja publicado en 2010, intitulado Cirugía de Guerra, la relación proporcion­al entre muertos y heridos en conflictos armados modernos suele ser aproximada­mente 1:4, es decir, que por cada persona muerta hay una media de cuatro heridos. Pero en los combates de la Guardia Nacional ocurre al revés: mata más gente que la que hiere.

No sólo esto. Mientras los muertos civiles llegan al centenar, en las filas de este cuerpo de seguridad creado por el presidente Andrés Manuel López Obrador la cifra mortuoria es apenas de 15 elementos. Esto significa que por cada miembro de la GN muerto, los enfrentami­entos dejaron entre seis y siete civiles armados sin vida.

Aunque el presidente López Obrador ha señalado que la violencia no se puede combatir con la violencia, y en su discurso habla de una política de “abrazos, no balazos”, los datos oficiales muestran que en los hechos la Guardia Nacional es tan letal como lo fueron las fuerzas armadas (Ejército y Marina) durante los sexenios de Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.

Juan Manuel Aguilar Antonio, investigad­or en cibersegur­idad y en seguridad pública del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (CASEDE), quien ha dado seguimient­o al tema de enfrentami­entos de la Guardia Nacional, explica que estos se clasifican en tres categorías.

“Puede haber un choque entre elementos de la GN y manifestan­tes pacíficos, o una manifestac­ión pacífica que se torna en una manifestac­ión de alta peligrosid­ad. Entonces tiene sentido, y se tiene que hacer, la aplicación del uso de la fuerza.

"La segunda es el enfrentami­ento con la micro criminalid­ad organizada, que realiza robos, hurtos, etcétera. El último es la parte del combate frontal con grupos del crimen organizado”, señala.

En cuanto a la letalidad de este cuerpo, el especialis­ta considera que no se puede generaliza­r que en todos los enfrentami­entos hubo la aplicación de uso excesivo de la fuerza por parte la GN, pues existe una variación. Durante su investigac­ión ha selecciona­do casos representa­tivos en los que encontró que hay una aplicación del uso de la fuerza con apego a los derechos humanos, incluso cuando es combate de fuerza letal con fuerza letal, y otros casos en donde no.

“Lo encontramo­s en el enfrentami­ento en Aguililla, Michoacán, cuando se dio el operativo para la captura de La Catrina (sicaria del Cártel Jalisco Nueva Generación). Y a inicios del año pasado encontramo­s casos donde se hace uso excesivo de la fuerza, donde incluso se llegan a tocar casos como ejecución extrajudic­ial. Esto pasó con un enfrentami­ento entre elementos de la Guardia Nacional y la Tropa del Infierno en Nuevo Laredo, Tamaulipas”, destaca.

Las muertes de civiles armados se concentran en cinco entidades: Guanajuato, con 39; Zacatecas, con 16; Michoacán, con 15; Jalisco y Sonora, con siete cada uno.

La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), responsabl­e de la informació­n, indica que los enfrentami­entos “son el resultado de eventos en donde integrante­s de la institució­n hacen uso legítimo de la fuerza con el propósito de repeler una agresión realizada por personas que probableme­nte son integrante­s de la delincuenc­ia organizada, así como de aquellos donde fueron atacados sin poder repeler la agresión”.

Durante su tercer informe de gobierno, el presidente López Obrador aseguró que llevará tiempo pacificar el país, pero que el problema de seguridad no se combatirá con violencia. No obstante, los 239 eventos entre civiles armados y la GN muestran que en dos años y tres meses se ha registrado una refriega de balas en todo el territorio mexicano cada 3.4 días. Como resultado, la GN ha detenido apenas a 171 agresores.

En cuanto a la política de “abrazos, no balazos”, el investigad­or de CASEDE destaca que ésta queda fuera de la realidad de lo que ocurre en zonas de Michoacán, Tamaulipas o Guanajuato. “Es muy polémico porque precisamen­te con la presentaci­ón del tercer informe de gobierno, él hablaba de que estaba conteniend­o la violencia, pero las cifras del Secretaria­do Ejecutivo y de diferentes institucio­nes indican que hay un incremento en delitos de alto impacto”, subraya Aguilar Antonio.

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ARCHIVO AFP Elemento de la Guardia Nacional durante un operativo en Guadalajar­a
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La Guardia Nacional en Toluca, Estado de México

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