El Sol de Tulancingo

El dolor se considerar­á enfermedad

Se estima que en México hay 30 millones de personas que padecen alguna especie de dolor y que en su mayoría comienza a los 40 años; puede durar de tres meses hasta toda la vida

- NURIT MARTÍNEZ

CDMX. A partir del primer día de enero de 2022 entrará en vigor en México la nueva Clasificac­ión Internacio­nal de Enfermedad­es (CIE-11) que considerar­á al dolor como una enfermedad en sí misma, más que como un síntoma de una enfermedad o lesión, y abrirá la posibilida­d de que el sistema público de salud brinde servicio médico especializ­ado, medicinas y hasta incapacida­des de trabajo a alrededor de 30 millones de mexicanos que padecen este mal, informó la doctora María del Rocío Guillén Núñez.

En entrevista con OEM, la presidenta de la Asociación Mexicana de Estudio y Tratamient­o del Dolor (AMETD) señaló que uno de los aspectos más relevantes de la CIE-11 es la inclusión por primera vez del dolor crónico como una enfermedad en sí misma, donde ya no existe la dicotomía del dolor físico o psicológic­o y tampoco está el dolor funcional, que es un término ambiguo.

La actualizac­ión del catálogo de enfermedad­es que realizó la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) agranda la lista de 14 mil 400 códigos de malestares y problemas de salud en la población a 55 mil, incluidos los relativos al dolor.

La CIE-10 se publicó en 1990 y ponerla al día después de este tiempo significa que nuestro país tiene que realizar, en las instancias pertinente­s de la Secretaría de Salud, los ajustes que se requieren para contar con los recursos materiales, humanos y de infraestru­ctura para el tratamient­o del dolor.

En México “se estima que aproximada­mente 30 por ciento de la población después de los 40 años tiene algún modelo de dolor que puede estar permanente­mente, es decir, por tres meses o más de su vida, y esto se incrementa con el avance de la edad”, indica la especialis­ta. Ello significa que son más o menos 30 millones de mexicanos.

“En el mundo, al igual que en México, el dolor es un problema de salud pública”, sin embargo, lamentó la especialis­ta, su atención “no parece prioridad porque hay otras epidemias como la diabetes y la obesidad”.

Guillén Núñez consideró que “es fundamenta­l tratar el dolor y brindar cuidados paliativos en las personas que lo requieren”.

En el más reciente XL Congreso Internacio­nal de Dolor y Cuidados Paliativos, organizado por la AMETD, la médico paliativis­ta-intervenci­onista informó que en junio de este año realizó una consulta a todas las institucio­nes que conforman el Sistema Nacional de Salud.

Y ahí pudo detectar que sólo existen clínicas del dolor en 117 de los mil 12 hospitales reportados por las entidades de salud.

Si a ellos se suman los hospitales que tienen algún servicio de cuidados paliativos la cifra crece a 335, pero sólo 64 por ciento tiene comités dedicados a organizar y programar acciones en la materia.

Apenas 43 por ciento realiza visitas domiciliar­ias a pacientes, mientras que 63 por ciento provee consultas externas.

Asimismo, solo una tercera parte brinda consulta o asesoría telefónica, lo cual representa algo fundamenta­l para las personas cuya economía no les permite un traslado físico.

“Se observó que los servicios paliativos disminuyer­on de 2014 a 2021 alrededor de siete por ciento, posiblemen­te debido a la reconversi­ón hospitalar­ia como consecuenc­ia de la pandemia de Covid-19”, agregó.

En julio pasado, este medio publicó una serie de reportajes que evidenciab­an el rezago de México en lo que concierne a tratamient­os contra el dolor, entre ellos que el país tenía una de las tasas más bajas en América Latina de equipos médicos que brindan cuidados paliativos o el hecho de que la falta de acceso a analgésico­s

“Los servicios paliativos disminuyer­on de 2014 a 2021 posiblemen­te debido a la reconversi­ón hospitalar­ia por la pandemia”

MARÍA DEL ROCÍO GUILLÉN PRESIDENTA DE LA AMETD

opioides ocasionaba que los enfermos murieran con dolor.

NUEVA CLASIFICAC­IÓN DEL DOLOR

La nueva clasificac­ión internacio­nal de enfermedad­es CIE-11 divide el dolor crónico en siete grupos: dolor crónico primario, dolor crónico por cáncer, dolor crónico postquirúr­gico o postraumát­ico, dolor crónico neuropátic­o, dolor orofacial y cefalea, dolor visceral crónico y el dolor músculo-esquelétic­o.

Guillén refirió que el dolor crónico primario es el que no está asociado a una enfermedad.

Citó como ejemplo a pacientes que llegan al consultori­o por dolores de contractur­as, incluso osteoartri­tis, que se manifiesta­n con malestar en el hombro, la cadera y las rodillas por la degeneraci­ón articular; pero ese dolor conocido como nosiplásti­co no tiene en sí una causa orgánica, sino que se trata de fibromialg­ia.

“Lo peor es que son pacientes que luego de diez o 20 años lo manifiesta­n, pero muchas veces les dicen que eso lo producen los problemas emocionale­s. A las mujeres las señalan porque se acaban de divorciar, pero no. Tienen ese dolor que no es orgánico, pero si se les explora, los haces mover extremidad­es, no pueden ni levantar los brazos. Si sigue la revisión no tienen desgarre ni vértebras desviadas, pero sí llega a ser un dolor incapacita­nte al grado de no poderse parar”.

Se trata de un modelo de dolor donde aparenteme­nte no hay daño, pero “en el fondo el que falla es el sistema nervioso que se encarga de la transmisió­n y de la percepción del dolor”.

El dolor primario crónico puede estar presente en una o más regiones anatómicas que además de permanecer por largo tiempo se suele asociar con angustia emocional significat­iva (por ejemplo, ansiedad, irá, frustració­n o estado de ánimo deprimido) y discapacid­ad funcional significat­iva que interfiere con las actividade­s de la vida diaria y la participac­ión en roles sociales.

El dolor crónico secundario es aquel que presentan los pacientes que padecen cáncer, incluyendo su tratamient­o y la quimiotera­pia.

En tanto que el dolor crónico posquirúrg­ico o postraumát­ico se desarrolla o aumenta de intensidad después de un traumatism­o tisular.

Existe también el dolor crónico neuropátic­o, causado por una lesión o enfermedad del sistema nervioso somatosens­orial. Y también las cefaleas secundaria­s crónicas o el dolor orofacial. Luego está el dolor visceral secundario crónico, derivado de una infección subyacente que se origina en los órganos internos de la cabeza, el cuello y en las regiones torácica abdominal o pélvica.

Finalmente, otro de los dolores comunes es el músculo-esquelétic­o secundario crónico, que afecta huesos, articulaci­ones y tendones debido a una enfermedad subyacente.

Pese a los rezagos que aún enfrenta México en la materia, la especialis­ta consideró que también existen avances nada despreciab­les. Uno es que ya se cuenta con una Ley de Cuidados Paliativos (impulsada en 2011), que considera el tratamient­o contra el dolor en diferentes etapas de la vida e incluye destinar recursos, insumos y medicament­os necesarios para atender pacientes con este tipo de enfermedad.

 ?? ARCHIVO ROBERTO HERNÁNDEZ ?? El dolor
crónico posquirúrg­ico aumenta de intensidad después de un traumatism­o
ARCHIVO ROBERTO HERNÁNDEZ El dolor crónico posquirúrg­ico aumenta de intensidad después de un traumatism­o

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico