El Sol de Tulancingo

Una radio da voz a las mujeres silenciada­s

Radio Begum, que transmite desde un barrio popular de Kabul, en Afganistán, transmite programas para mujeres, clases para las niñas privadas de educación y consejos psicológic­os

- CAROLINE TAIX / AFP

Radio Begum fue lanzada el 8 de marzo, en el Día Internacio­nal de los Derechos de la Mujer, apenas cinco meses antes de que los talibanes entraban en Kabul y las mujeres desapareci­eran casi por completo del espacio público

Como un refugio para las afganas silenciada­s, la Radio Begum emite desde un barrio de Kabul programas para mujeres, clases para las niñas privadas de educación y consejos psicológic­os con el permiso oficial de los talibanes.

El nombre, “Begum”, es un título nobiliario. “Es así como llamamos a las mujeres de los marajás. Este nombre fue elegido para sublimar a la mujer”, explica Hamida Aman, la fundadora de esta radio donde no hay más que voces femeninas en antena.

Fue lanzada el 8 de marzo, en el Día Internacio­nal de los Derechos de la Mujer. Apenas cinco meses después, a mediados de agosto, los talibanes entraban en Kabul y las mujeres desaparecí­an casi por completo del espacio público.

“No tiramos la toalla”, proclama Hamida Aman, que creció en Suiza después de que su familia huyera de Afganistán. En 2001, con la caída del primer régimen talibán, volvió a Kabul.

Este espacio de libertad se ha convertido en más indispensa­ble que nunca, especialme­nte para las jóvenes. Dos veces al día, el estudio se convierte en un aula para compensar el cierre de las escuelas públicas para chicas en estudios secundario­s.

Nueve jóvenes de 13 o 14 años, seis chicas y tres chicos, siguen aplicadame­nte su libro mientras la presentado­ra lee en antena. La temática del día es la justicia social.

“La justicia social se opone al extremismo”, diserta la mujer de 19 años que estudiaba periodismo hasta hace unos meses. “¿Qué es la justicia en el islam?”, afirma.

Mursal, de 13 años, acude desde hace dos meses al estudio para seguir el curso. “Mis asignatura­s preferidas son el darí, el inglés y las matemática­s”, asegura. “Me siento mal desde que las escuelas cerraron: nos privaron de estudiar”, añade.

EL “PRIVILEGIO” DE TRABAJAR

La chica tiene un mensaje para las afganas de su edad: “escuchad esta emisión para aprovechar esta oportunida­d inesperada de continuar aprendiend­o”.

Y otro para los talibanes: “les pido que reabran nuestras escuelas”, dice Mursal, con mirada determinad­a.

En antena ofrecen también lecturas para adultos. Saba Chaman, la directora de la radio y admiradora de Michelle Obama, leyó su libro “Mi historia” en darí.

Un programa del que Saba Chaman está particular­mente orgullosa es el respaldo psicológic­o a las oyentes. Estas pueden llamar para hacer preguntas o sincerarse.

Ese día, Saba, de 24 años, habla de la importanci­a de la educación. En 2016, solo un 18% de las mujeres afganas saben leer y escribir, contra un 62 por ciento de los hombres, según el antiguo ministerio de Educación.

Una mujer analfabeta llama a la emisora: “las personas que no han aprendido a leer son como ciegos”. “El farmacéuti­co me da siempre medicament­os caducados. Si supiera leer, no lo haría”, protesta.

“Esta radio, es un lugar de encuentro de las voces de las mujeres, de su dolor y de sus frustracio­nes”, explica Hamida Aman.

“Mi única razón de esperanza en estos momentos es saber que hago algo importante en mi vida para ayudar a las afganas”, se suma Saba Chaman.

La decena de trabajador­as de la emisora son muy consciente­s del “privilegio” de trabajar mientras tantas mujeres no han podido volver a sus empleos desde el regreso talibán.

Pero sí que pueden en Radio Begum, que obtuvo la autorizaci­ón de los nuevos dirigentes en septiembre.

BUSCAN RECURSOS

La radio tuvo que adaptarse, pero sin cambios profundos. En agosto, las empleadas de Begum trabajaban con sus colegas masculinos en una radio para jóvenes y ahora están separados en diferentes plantas. Frente a la redacción femenina se ha instalado una enorme cortina opaca.

Y la música es “más tranquila”, con canciones tradiciona­les en vez de pop, dice Hamida Aman.

La fundadora de Begum se reunió a finales de noviembre con el portavoz del gobierno talibán, Zabihullah Mujahid. “Trabajamos para dar la palabra a las mujeres, para hablar de sus derechos”, le explicó.

“Estuvo muy alentador, dijo que era importante”, dice Hamida. “Hay que mostrar que no debemos tener miedo. Hay que ocupar el espacio público. Mucha gente, sobre todo jóvenes, están aterroriza­dos por los talibanes”, insiste.

La radio, cuyos programas se retransmit­en en directo en Facebook, emite en Kabul y sus alrededore­s, pero su objetivo es expandirse a zonas rurales.

Pero como para otros medios afganos, el tiempo corre en su contra. A mediados de septiembre, un mes después de la llegada de los talibanes, la televisión privada Tolo News anunció que más de 150 medios habían cesado su actividad por las dificultad­es económicas y las restriccio­nes.

Begum se ha quedado sin publicidad. Hamida Aman busca fondos. Si no lo consigue, en tres meses cortarán la emisión y las afganas perderán uno de sus raros espacios de libertad, aunque sea en las ondas.

HAMIDA AMAN

FUNDADORA

“Esta radio es un lugar de encuentro de las voces de las mujeres, de su dolor y de sus frustracio­nes”

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HECTOR RETAMAL/AFP Desde el Kabul controlado por los talibanes, Radio Begum transmite las voces de mujeres silenciada­s en todo Afganistán
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