El Sol de Tulancingo

Vicente Fernandez

VICENTE FERNÁNDEZ FALLECIÓ EN GUADALAJAR­A POR COMPLICACI­ONES DERIVADAS DE UNA CAÍDA QUE SUFRIÓ EN SU CASA EN AGOSTO PASADO. SE VA EL ÚLTIMO DE LOS GRANDES INTÉRPRETE­S DE LA MÚSICA RANCHERA

- BELÉN ELIGIO

Su voz calló, pero los aplausos se siguen escuchando. Vicente Fernández, El charro de

Huentitán falleció ayer a las 6:15 de la mañana. Permaneció más de cuatro meses en el hospital, después de sufrir una caída en su rancho Los Tres Potrillos en Guadalajar­a.

Se fue El Rey, el último de los grandes de la canción ranchera. La alerta sobre su complicado estado de salud se disparó desde el jueves 9 de diciembre, cuando su hijo Vicente Fernández Jr. admitió ante los medios de comunicaci­ón que su padre se encontraba grave.

Después fue Alejandro Fernández, quien en sus conciertos en el Auditorio Nacional pidió al público orar por él. El viernes 11 El Potrillo cambió la lista de canciones que tenía preparada para el show, para sin decirlo, rendirle un homenaje a su padre interpreta­ndo un popurrí de sus éxitos. “Chente… Chente” coreó el público que lo acompañó también cantando.

En el hospital se mantuvo siempre a su lado Cuquita, su esposa, su eterna compañera, quien de acuerdo con declaracio­nes de su hija Alejandra, se encontraba tranquila, pero profundame­nte triste.

SE FORJA EL ÍDOLO

“Mientras ustedes no dejen de aplaudir, su Chente no deja de cantar”, esa fue la frase que lo identificó y a la que fue fiel hasta su retiro de los escenarios en 2016 con el concierto Un

azteca en el Azteca, que luego se convirtió en un disco. Dijo adiós a las giras, pero no a la música, publicó dos discos más después de ese multitudin­ario show: Más romántico que nunca y A mis 80, con este último obtuvo su último premio en vida, el Latin Grammy a Mejor Álbum Regional Mexicano.

Pero la vida no fue siempre así, en sus inicios fue alba

ñil, mesero y cantinero. Cuando llegó a la Ciudad de México, consiguió trabajo en el restaurant­e Amanecer tapatío, donde interpreta­ba hasta 100 canciones al día para poder juntar lo necesario para sobrevivir.

Formó una familia con María del Refugio Abarca, con quien se casó en 1963, pero el inicio no fue sencillo, Vicente Fernández Jr. llegó al mundo en 1966 a los seis meses y sus padres no tenían dinero para pagar una incubadora, lo mantuviero­n con botellas de agua caliente dentro de una caja de zapatos de Cuquita.

La fama y el triunfo internacio­nal llegaron casi seis años después, cuando grabó la canción Volver, volver. Después los éxitos cayeron como cascada: El rey, Hermoso cariño, Las llaves de mi alma, Por tu maldito amor, Estos celos, La ley del monte, Cruz de olvido.

Su voz conquistó al continente y lo llevó a protagoniz­ar varias películas, la mayoría, adoptaron el nombre de sus éxitos, filmó más de 30. La primera Tacos

al carbón y la última Mi querido viejo. En casi todas sus filmes interpretó al macho mexicano que caracteriz­ó su imagen tanto en el cine como en la música.

SU ORGULLO

Vicente y Cuquita tuvieron cuatro hijos: Vicente Jr, Gerardo, Alejandro y Alejandra, ésta última adoptada.

De ellos sólo Vicente y Alejandro iniciaron una carrera como cantantes compartien­do el escenario con su padre en múltiples ocasiones.

Vicente ha tenido un trayecto musical discreto, con su papá grabó Vamos a cuidarla más, Alejandro empezó siendo un niño, se recuerda la imagen de él llorando y su padre hincado animándolo a cantar.

Fue Vicente también el artífice del debut como cantante de su nieto Alex Fernández Jr., a él le produjo su primer disco y lo llevó a firmar su contrato discográfi­co.

De Vicente Fernández habrá más historia, queda pendiente el estreno de su bioserie, que se podrá ver en 2022, Jaime Camil lo interpreta­rá.

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