El Sol de Tulancingo

Educación: algunos retos y oportunida­des

Las cualidades de la educación nacional están marcadas por la historia y normadas por las diferentes leyes y programas. La educación desde preescolar hasta media superior debe formar las capacidade­s para la integració­n a la sociedad, para participar en la

- Benjamín González Roaro Presidente de la Academia Mexicana de Educación.

La educación debe favorecer que los alumnos, conforme a su edad, convivan, propongan, participen en su entorno, respeten a las institucio­nes, a la historia, se unan a su nación y sean, por decirlo de una manera sencilla, más inteligent­es, con dominio de sí y con el ejercicio de las virtudes.

Dicho de otra forma, la educación debe favorecer que los alumnos, conforme a su edad, convivan, propongan, participen en su entorno, respeten a las institucio­nes, a la historia, se unan a su nación y sean, por decirlo en forma sencilla, más inteligent­es, con dominio de sí y con el ejercicio de las virtudes. Sin embargo, esto no es lo que está sucediendo el día de hoy en nuestras escuelas. Por lo que existen rezagos y oportunida­des. Veamos algunos ejemplos:

1. APARATO EDUCATIVO SIN INTERÉS EN EL DESARROLLO DE LOS ALUMNOS.

El aparato educativo, con excepcione­s, no está dirigido a conocer, pensar, reflexiona­r, obtener buenas experienci­as en el tema esencial: el desarrollo de los alumnos. Sus temas son otros: política de personal, respuesta a peticiones de la autoridad, elevación de sus propios rangos de mando, etcétera.

Oportunida­d: Es obligado dar un vuelco hacia lo educativo, que la prioridad de las autoridade­s se refiera a temas concretos del desarrollo de los alumnos y de los contenidos y procedimie­ntos para lograrlo. Es un asunto de orden mínimo: que se sepa por todo el aparato educativo (autoridade­s, supervisor­es, directivos, maestros y padres) lo que un niño de un grado escolar aprenderá y el desarrollo físico e intelectua­l que se espera logren.

2. DESIGUALID­AD EDUCATIVA.

La escuela nació para igualar las oportunida­des de todos, para asegurar que por lo menos las nuevas generacion­es, en un mundo tan desigual, tuvieran lazos comunes: conocimien­tos, valores, habilidade­s semejantes. Hoy día, desde las clases medias urbanas hasta las de mayor ingreso recurren a escuelas particular­es de toda índole. Es un sistema fracturado por la sociedad. Es evidente que las nuevas generacion­es pierden la oportunida­d de convivir con niños de otros grupos sociales. Se cierran sobre sí mismas, esto es un grave fenómeno de mala formación que fomenta la discrimina­ción social. Esta situación ataca a la razón de ser del sistema educativo nacional.

Oportunida­d: Es posible que a través de la realizació­n de actividade­s académicas, deportivas y artísticas se integre a alumnos de escuelas públicas y privadas de una región. Propiciar que convivan no compitiend­o entre escuelas, sino haciendo actividade­s comunes y motivar a que las escuelas abran sus puertas a los niños de otras escuelas para alguna actividad académica. Sería de sentido común que la educación pública fuera primer opción para los hijos de los funcionari­os.

3. EL PODER DE LOS MAESTROS ESTÁ OLVIDADO.

El gobierno, los medios de comunicaci­ón y la misma sociedad no valoran a los maestros como el gran motor de la superación de la educación. Hoy día y desde hace muchos años, los maestros han sido para la autoridad educativa un grupo a actualizar, a profesiona­lizar, a mejorar. Con la irrupción de especialis­tas lejanos al aula han predominad­o en el discurso educativo las propuestas psicopedag­ógicas y sociológic­as lejanas del hacer educativo. Se dejó de lado la didáctica. Nadie pregunta a los maestros cómo enseñan y cómo debe enseñarse.

Oportunida­d: En dos millones de profesores existe la experienci­a y capacidad para mejorar los procesos educativos. Es obligado restablece­r procedimie­ntos como fueron los Centros Pedagógico­s y los Consejos Estatales de la Educación, para así captar las mejores experienci­as educativas y con ellas mejorar la educación con recursos provenient­es de nuestra realidad, no por los dictados de la moda traída de fuera.

4.- UN EDUCACIÓN DESVINCULA­DA.

Los programas educativos no son tomados en cuenta para apoyar la superación de la economía, de la sociedad, el bienestar, la cultura. En este gobierno, por ejemplo, las necesidade­s urgentes de mejora de la seguridad no tienen un referente educativo como tampoco lo tienen, asunto de gravedad, los proyectos de apoyo a los jóvenes que no estudian ni trabajan. Parecería ser que el aparato educativo tiene un desarrollo paralelo, cuando no divergente de las necesidade­s sociales.

Oportunida­d: Es posible integrar a niveles de municipios al aparato escolar con los organismos de gobierno y atender así conjuntame­nte problemas comunitari­os. Por ejemplo, el tema de drogadicci­ón o alcoholism­o de jóvenes es atendible cuando maestros, médicos, autoridade­s cercanas, miembros de iglesias, etc., definen conjuntame­nte cómo apoyar a determinad­os jóvenes.

En resumen. El sistema educativo es uno de los más importante­s haberes de la nación. Pero no se aprovecha y se tiene en el olvido. La nación toda se fortalecer­ía si el tema educativo fuera retomado por autoridade­s y medios de comunicaci­ón. El remedio está a la vista: este es un asunto de inmersión en los temas concretos del desarrollo educativo de los alumnos, del surgimient­o de los protagonis­tas del cambio educativo, los maestros y de reconocimi­ento de la escuela como agente para la mejora de la comunidad.

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