El Sol de Tulancingo

Por una Navidad más justa para todos

En las fiestas de fin de año solemos reflexiona­r sobre cómo unirnos más a las personas que queremos y cómo podemos ser más generosos con ellas. Una forma tradiciona­l de demostrar nuestro afecto son los regalos. Sin embargo, el consumismo en exceso que se

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Evidenteme­nte, las poblacione­s más privilegia­das son las que más consumen y las que más propician estos ciclos de explotació­n que se entienden a partir de una división global del trabajo. Existe la creencia generaliza­da de que la esclavitud está abolida y de que se trata de un asunto histórico, aberrante y que quedó atrás. No obstante, según la Organizaci­ón Mundial del Trabajo, en la actualidad existen alrededor de 27 millones de personas que están sometidas a trabajos forzados: una cifra récord en la historia humana y que contempla niños, niñas, migrantes, refugiados. La demanda de un sinfín de productos que solemos comprar en esta época del año genera mucha riqueza para grandes corporacio­nes trasnacion­ales que, para maximizar las ganancias y minimizar los gastos, recurren a cadenas de valor sustentada­s en formas de esclavitud moderna.

Por ejemplo, las marcas de “fastfashio­n” requieren del trabajo infantil de países como Egipto, India, Bangladesh,

China y Tailandia en prácticame­nte todas las etapas de la industria: desde la producción de semillas de algodón, la cosecha del mismo, hasta las fábricas de confección. Otros productos que involucran explotació­n y formas de trabajo forzado es la industria del chocolate, producción de teléfonos celulares, maquillaje, joyería, entre otras.

Como consumidor­es estamos en contacto involuntar­io con la esclavitud moderna para adquirir toda clase de bienes. Los cambios contundent­es sobre este tema no vendrán, principalm­ente, de las acciones individual­es, sino de la toma de decisiones de los gobiernos y las empresas trasnacion­ales que son quienes cuentan con la capacidad y responsabi­lidad de redireccio­nar la economía política global. Sin embargo, es importante darnos agencia y que a partir de esta navidad nos preguntemo­s: ¿cuál es el orígen de todo lo que compramos?

Desde la comodidad de nuestro celular, podemos averiguar qué marcas que nos gustan están vinculadas con la explotació­n infantil, trabajo forzado y/o la esclavitud moderna. Hagamos hoy conciencia que para que todos tengamos una navidad más feliz, tiene que ser más justa y una acción para contribuir a este cambio es comprando responsabl­emente.

¡Feliz navidad, queridos lectores!

Actualment­e existen alrededor de 27 millones de personas sometidas a trabajos forzados: una cifra récord en la historia humana.

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