Alcanzaron la cima
TRAS 26 AÑOS, LOS BRAVOS FINALMENTE CONQUISTARON LA SERIE MUNDIAL AL VENCER A LOS ASTROS EN SEIS PARTIDOS
La paciencia finalmente le trajo el resultado deseado a los Bravos de Atlanta, tardaron 26 años, sin embargo, lograron terminar con su sequía sin títulos tras imponerse en la Serie Mundial a los Astros de Houston, después de un camino lleno de bajas.
El conjunto comandado por el mánager Brian Snitker dejó a un lado el estigma de ser un equipo que siempre llegaba a playoffs como candidato al título, pero que se caía en el camino. Esta vez entraron a la fase de eliminación gracias a que la División Este fue la más floja de la MLB.
Su marca de 88 victorias a cambio de 73 derrotas fue la peor de las 10 novenas que lograron avanzar. Ya en esa instancia todos comenzaron desde cero, nadie los pudo detener, despacharon a Cerveceros, Dodgers y Astros.
La última vez que se habían proclamado como los monarcas de las Grandes Ligas fue en 1995, desde entonces les costó 16 visitas a la postemporada volver a levantar el cetro.
El campeonato de los Bravos se dio quizá en el año más difícil para la organización en los tiempos recientes, acostumbrados a ser dominantes, en esta ocasión iniciaron lentos, tardaron más de 100 partidos para obtener marca ganadora. A unos días del Juego de las Estrellas, Ronald Acuña Jr. sufrió una rotura de ligamentos que lo dejó fuera el resto de la temporada. El lanzador Mike Soroka volvió a romperse el tendón de Aquiles y ni siquiera pudo tener una aparición.
Por si fuera poco, el patrullero Marcell Ozuna jugó sólo 48 partidos debido a la investigación que se le abrió por un caso de violencia doméstica. Estas no fueron bajas cualquiera, estos jugadores eran titulares.
Lejos de dar la temporada por perdida, el gerente general Alex Anthopoulos se puso a trabajar en el mercado de cambios, consiguió a Adam Duvall, Eddie Rosario y Jorge Soler, este último terminó por ser el MVP del Clásico de Otoño, los tres fueron titulares en el decisivo juego 6 que les dio la corona.
Los golpes también llegaron en la Serie Mundial, el veterano Charlie Morton sufrió una fractura en la pierna durante el primer partido, ni eso pudo mermar la confianza de sus compañeros.
Por otra parte, Freedie Freeman, quien ha sido el estandarte del club durante una década, volvió a confirmarse como uno de los peloteros más grandes en la historia de Atlanta. Nuevamente se echó al equipo en la espalda y también logró dejar la lista de las estrellas sin campeonatos.
A sus 32 años es agente libre, la novena buscará retenerlo a como dé lugar, pero habrá más franquicias detrás de él, incluso si llegara a una nueva institución, ya puede ser considerado como una leyenda de los Bravos.
Desde que los Yanquis lograron ser tricampeones entre las campañas de 1998 a 2000, nadie ha podido ser el monarca en años consecutivos.
Los campeones vigentes tienen en su poderosa alineación bates como el de Austin Riley, Ronald Acuña Jr. y un staff de lanzadores jóvenes en Max Fried junto con Ian Anderson, si logran retener a Freeman partirán una vez más como candidatos para volver al Clásico de Otoño.