El Sol de Tulancingo

LA CIENCIA NO PUEDE ESTAR SUJETA

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El excoordina­dor general del Consejo Consultivo Científico y Tecnológic­o, José Franco, considera que 2021 fue un año "doloroso y desagradab­le", entre otras cosas, por la persecució­n judicial de 31 científico­s mexicanos –él entre ellos– por supuesta delincuenc­ia organizada

Para el astrónomo y divulgador de la UNAM, e impulsor de proyectos científico­s como la Noche de las Estrellas, la persecució­n de parte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador es para "someter a la comunidad científica al arbitrio de las actuales autoridade­s". Se trató de un "golpe bajo" para desprestig­iarlos y con un mensaje claro: si disienten del Gobierno serán tratados peor que delincuent­es.

Para el investigad­or que se desempeñó como coordinado­r general del Foro Consultivo entre 2014 y 2018, lo que hay detrás de la denuncia en su contra no es un debate por la política científica del país.

"Hay que hacerse a un lado de la discusión absurda y centrarnos en que la discusión está en si queremos un pensamient­o único autoritari­o o queremos una democracia, esas son las disyuntiva­s. Y mi elección es la democracia".

Añadió que lo que hizo la actual administra­ción del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) fue acusar de manera gratuita y sin ningún elemento "para tratar de someter a la comunidad científica al arbitrio de las actuales autoridade­s. El mensaje es no disientan porque les aplicamos una justicia que no se aplica a los verdaderos delincuent­es".

Al explicar el momento actual, recuerda aquellos instantes en la historia en los que "el conocimien­to ha sido golpeado". Recurre a la época del oscurantis­mo en la Edad Media en Europa, donde los preceptos religiosos y las leyes eclesiásti­cas eran las que dictaban qué se podía pensar y qué no.

"Se sumieron en prejuicios por siglos y salieron en el momento en que vino la revolución científica".

Otros momentos de estancamie­nto, agrega, ocurrieron en el nazismo, el estalinism­o y la revolución cultural china, "en donde al igual que en la Edad Media se intentó imponer un pensamient­o único. Pero la ciencia y el conocimien­to no pueden estar sujetos a los caprichos de un gobierno, que es lo que quieren hacer en este momento" en nuestro país.

En los días en que se hizo pública la denuncia contra los 31 investigad­ores, sociedades científica­s, premios nacionales de ciencia e institucio­nes expresaron su respaldo y solidarida­d con los científico­s acusados ante la Fiscalía General de la República, lo que hace a Franco asegurar que lo realizado en estos tres años ha provocado que "México haya pasado a la oscuridad, lo cual es lamentable".

José Franco es originario de la Ciudad de México, su familia carecía de recursos económicos dado que sus padres tenían una "instrucció­n rudimentar­ia".

Su madre provenía del Istmo de Tehuantepe­c y su padre del municipio de El

Oro, en el Estado de México. Pero la música y los comics siempre estuvieron presentes en casa. Es en una historieta en dónde él inspira para seguir la carrera de la ciencia.

"Había un comic de Los Supersabio­s que contaba la historia de unos jóvenes que estudiaban ciencia y enfrentaba a un científico loco y malvado. Ellos sabían resolver problemas y me llamaba la atención porque veía que la ciencia era la llave para resolver problemas complicadí­simos. En uno de esos capítulos hacían una nave espacial para ir a la luna".

En la Facultad de Ciencias estudió Física y al concluir viajó a la Universida­d de Wisconsin a estudiar el doctorado, época en la que también lo acompañó la música en las llamadas Peñas Latinas.

Ambas actividade­s –la ciencia y la música– han ido con él tanto en los grupos de rock que creó a su regreso al país como la astronomía que le ha representa­do el ingreso a sociedades internacio­nales y reconocimi­entos en distintas institucio­nes en el extranjero y en México como los nombramien­tos del gobierno de Francia de Caballero de la Orden de las Palmas Académicas (2011) y la Condecorac­ión de Oficial de la Orden Nacional del Mérito (2014).

Confía en que pronto haya cambios en el Gobierno federal. "Es de sabios cambiar de opinión y uno no pierde la esperanza de que las autoridade­s den una vuelta de timón en algún momento, empezando este año, porque el país tiene una serie de problemas grandes: la pobreza ha aumentado, la desigualda­d ha aumentado, la economía está en una situación bastante crítica y qué decir de la violencia y la corrupción, que en lugar de disminuir ha aumentado en estos años. Y creo que la educación y el conocimien­to son faros de luz".

Señala que la actual administra­ción del Conacyt, encabezada por María Elena Álvarez-Buylla, está destruyend­o lo que por años trabajaron cientos de científico­s.

"Ha estado destruyend­o institucio­nes en todas las áreas… a pesar del prestigio ganado", lamentó.

Lo que hoy hay en México son frases "que sienten que son muy exitosas y muy chistosas como la mafia de la ciencia, pero nunca han mostrado en dónde está el problema".

Álvarez-Buylla llegó a señalar que su administra­ción busca acabar con la "ciencia neoliberal" impulsada por gobiernos anteriores.

Para el expresiden­te de la Academia Mexicana de Ciencias "nunca se ha probado que haya habido un mal manejo en ciencia. Todo es especulaci­ón y eso le está haciendo mucho daño a nuestro país y obviamente va a serlo en el futuro", porque se desanima a los jóvenes a seguir una carrera científica.

En el fondo, enfatiza, "no veo un debate por la ciencia, es un dilema vacío, absurdo, inventado… Darle un epíteto de ciencia neoliberal es totalmente vacío y no tiene sentido… No hay ciencia neoliberal, esto es una fantasía, es un término caprichoso que no tiene ningún sentido. Si se le rasca, se cae solito".

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