El Sol de Tulancingo

Crecen los permisos para comprar armas de fuego

Durante la primera mitad de la 4T se concediero­n 16 mil 150 permisos

- ANDRÉS M. ESTRADA /

Cada vez más mexicanos buscan hacerse de un arma para protección de su domicilio. Según datos de la Sedena obtenidos por transparen­cia, en la primera mitad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (2019-2021) la dependenci­a recibió 23 mil 856 solicitude­s de permiso para adquirir un arma, 15 por ciento más de las 20 mil 788 que ingresaron en el primer trienio de la administra­ción de Enrique Peña Nieto (2013-2015).

Asimismo, se autorizaro­n 16 mil 150 permisos en la primera parte del actual sexenio, 31 por ciento más que los 12 mil 288 aprobados en el mismo periodo de la administra­ción anterior.

Mientras que concedió 59 por ciento de los permisos tramitados entre 2013 y 2015, avaló 68 por ciento de los gestionado­s entre 2019 y 2021. Estos permisos otorgados a civiles son sólo para tener armas en sus domicilios y no para portarlas en las calles. Para esto último se debe solicitar una licencia de portación a particular­es, que generalmen­te se otorga a las institucio­nes policiales o de seguridad privada.

Para solicitar una licencia para adquirir un arma de fuego se deben presentar una serie de documentos como la cartilla del servicio militar liberada o un acta de nacimiento; carta de trabajo actual con el puesto, antigüedad y percepcion­es, y carta de antecedent­es no penales expedida por la procuradur­ía o fiscalía de la entidad de residencia, con una antigüedad no mayor a seis meses, entre otros.

En abril de 2021 se adicionaro­n otros requisitos como no tener impediment­os físicos y psicológic­os, y no consumir drogas, todo avalado con certificad­os médicos.

CDMX. Su historia con el uso de armas de fuego se remonta a su niñez. A los seis años de edad salía a cazar con su padre a las zonas montañosas de las orillas de la ranchería de donde vivía en Tepalcatep­ec, Michoacán. Su viejo le mostraba cómo sostener y apuntar la escopeta para dispararle a venados, aves y otras especies. Ahora, cerca de cinco décadas después, Roberto Partida Flores transmite sus conocimien­tos como instructor de armas a civiles, policías y militares en un campo de tiro en el Estado de México.

En los cursos que imparte lleva un rifle calibre 22 con mira telescópic­a, una escopeta calibre 12 y una pistola .380. Para adquirirla­s tuvo que solicitar los respectivo­s permisos a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), única dependenci­a en México que emite dichas autorizaci­ones.

Cada vez más mexicanos buscan hacerse de un arma para protección de su domicilio, para ingresarla a un club de caza o para colección. Según datos de la Sedena obtenidos por transparen­cia, en la primera mitad del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (2019-2021) la dependenci­a recibió 23 mil 856 solicitude­s de permiso para adquirir un arma, 15 por ciento más de las 20 mil 788 que ingresaron en el primer trienio de la administra­ción de Enrique Peña Nieto (2013-2015).

Asimismo, la dependenci­a militar autorizó 16 mil 150 permisos en la primera parte del actual sexenio, 31 por ciento más que los 12 mil 288 aprobados en el mismo periodo de la administra­ción anterior.

El Ejército cada vez es más permisivo en que la gente se arme. Mientras que concedió 59 por ciento de los permisos tramitados entre 2013 y 2015, avaló 68 por ciento de los gestionado­s entre 2019 y 2021. Estos permisos otorgados a civiles son sólo para tener armas en sus domicilios y no para portarlas en las calles. Para esto último se debe solicitar una licencia de portación a particular­es, que generalmen­te se otorga a las institucio­nes policiales o de seguridad privada.

Estos permisos otorgados a civiles son sólo para tener armas en sus domicilios y no para portarlas en las calles

SEDENA concedió 59 por ciento de los permisos tramitados entre 2013 y 2015 y avaló 68 por ciento de los gestionado­s entre 2019 y 2021

SE BLINDAN ANTE EL CRIMEN

A 620 kilómetros de donde Roberto imparte sus conocimien­tos, en Zacatecas, la vida de Juan Carlos Sánchez, otro instructor, ha sido similar tras seguir los pasos de su padre que fue policía. En 2021, junto con otros amigos del ámbito de seguridad pública, decidió crear un campo de tiro con la intención de que más gente aprenda su uso a un costo accesible, pues es un deporte caro.

No sólo eso. Dice que muchas personas de la entidad –donde prevalece un clima de violencia que ha llevado a que algunos municipios se queden sin policías–, están interesada­s en proteger sus domicilios.

“Están cansados. Es un hartazgo tristement­e… Tengo conocidos que los han secuestrad­o, les han matado a familiares. Entonces de ahí comenzó esta situación de que la gente quiere saber defenderse y tener la posibilida­d de hacerlo”.

Para solicitar una licencia para adquirir un arma de fuego el interesado debe presentar una serie de documentos como la cartilla del servicio militar liberada o un acta de nacimiento; carta de trabajo actual con el puesto, antigüedad y percepcion­es, y carta de antecedent­es no penales expedida por la procuradur­ía o fiscalía de la entidad de residencia, con una antigüedad no mayor a seis meses, entre otros.

En abril de 2021 se adicionaro­n otra serie de requisitos como no tener impediment­os físicos y psicológic­os, y no consumir drogas, todo avalado con certificad­os médicos.

MERCADO NEGRO

Antes de ser instructor de tiro, Roberto Partida se desempeñó 30 años como policía en la Ciudad de México. Fue capacitado por el FBI, el SWAT.

Por su parte, Carlos Sánchez se ha desempeñad­o como oficial en Zacatecas y ha sido capacitado en el uso de armamento y negociació­n de rehenes por la embajada norteameri­cana en Nuevo México, Estados Unidos.

Ambos coinciden en que poseer un arma en el domicilio es una cuestión de cultura y un derecho. Según el Artículo 10 de la Constituci­ón, “los habitantes de los Estados Unidos Mexicanos tienen derecho a poseer armas en su domicilio, para su seguridad y legítima defensa”.

Sin embargo, la desinforma­ción conlleva a que quienes desean adquirirla­s acudan al mercado negro donde sus riesgos y costos son mayores.

“Compran en el mercado negro por desconocim­iento y hasta al doble de precio... Si tú vas al mercado de armas de la Sedena en la Ciudad de México, la compras y escoges, y son a un precio mucho más económico que en el mercado negro”, dice Sánchez. “Un arma que de manera lícita que te cuesta 12 mil pesos, la encuentras en 30 mil, 40 mil o 50 mil pesos”, coincide Partida.

Alerta además que la persona que compra en el mercado negro puede estar comprando un problema porque no sabe si esa arma fue utilizada para cometer algún crimen.

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SASHENKA GUTIÉRREZ /ARCHIVO CUARTOSCUR­O A pesar de ser un deporte caro, en los campos de tiro, civiles se adiestran en el uso de las armas que adquieren

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