2022: el Año de los océanos
En los océanos está el 97% de agua de la tierra y son la fuente de ingresos y alimentos de una gran parte de la población mundial. El tema de mares y océanos se debe de abordar de manera integral y transversal en la agenda de desarrollo.
La comunidad internacional se rige actualmente por la agenda 2030 de las Naciones Unidas y sus 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS); uno de ellos, el 14, relativo a la vida submarina, insta a conservar y utilizar sosteniblemente los recursos marinos, al tiempo en que deben adoptarse medidas para garantizar la seguridad alimentaria. Por ello, diversos países están estableciendo medidas para detener la sobrepesca y la pesca ilegal, y transitar de un esquema de pesca industrial a pesca de pequeña escala para el sustento diario.
El Panel Intergubernamental en Cambio Climático (IPCC) realizó el año pasado un reporte específico de los efectos del cambio climático en los océanos. Con base en él, vemos que para el caso de México hay ya vulnerabilidades muy claras enlistadas, como por ejemplo, que la agricultura costera se verá afectada por la salinización, causada a su vez por el aumento del nivel del mar; otra vulnerabilidad es el crecimiento en la altura de las olas en el Golfo de México, que ya ha afectado al incrementar inundaciones mayores durante la temporada de lluvias.
México cuenta con diversas instituciones, tanto gubernamentales como académicas, y organizaciones de la sociedad civil que generan información día a día sobre el tema de los mares. Estamos en el tiempo correcto para poner un alto a las actividades que tanto los han dañado, para cambiar las políticas públicas que no han ayudado a una conservación efectiva de los ecosistemas marinos y su biodiversidad, así como generar datos duros basados en la ciencia para implementar las mejores soluciones.
México tiene todo para ser líder mundial en protección de mares. Hay muchas áreas de oportunidad y esperemos que quien tiene en sus manos el rumbo del timón, nos lleve a puerto seguro.