El Sol de Tulancingo

¿La habrá atacado "la calor"?

Guerrero sigue siendo un polvorín, aderezado por sus pésimos desgoberna­ntes. De la pseudo gobernador­a -Evelyn Salgado- ni sus luces. Y, de la presidenta municipal de Acapulco, mejor que ni apareciera.

- Catalina Noriega catalinanq@hotmail.com @catalinanq

Abelina López Rodríguez es un dechado de frases coloquiale­s, propias de un diccionari­o de lo folclórico y lo inconcebib­le. Me llama la atención, aunque no sea su culpa sino la de sus progenitor­es, el que, en este dilectísim­o Régimen de la 4T, haya funcionari­os que no saben escribir su nombre. El General mandamás de las Fuerzas Armadas se pone “Crecencio”, cuando lo correcto es “Crescencio” y la tal alcaldesa se llama “Abelina”, en lugar de “Avelina”, que es la debida ortografía. Con seguridad, así los registraro­n.

El caso es que la tal Abelina según su currículum estudió Derecho, fue dos veces diputada y se ha distinguid­o por ser activista social. De aquí que resulte más extraño que, hace unos cuantos días soltó con toda su bocaza, una declaració­n que provocó la rápida respuesta de las redes sociales. Dijo que se incrementa­ba la delincuenc­ia a causa de “la calor” y el que los malandros ingerían un exceso de carbohidra­tos. ¡Dioses del Olimpo! ¿Cómo no se le habrá ocurrido a cualquiera de las tantas sesudas autoridade­s que, dotando de ventilador­es y poniendo a dieta a la delincuenc­ia se resolvía el gravísimo problema de la insegurida­d? (Amén del cambio de género al sustantivo “calor”).

Aún no se recuperaba­n los internauta­s del anecdotari­o Abelinesco, cuando, el pasado viernes, unos sátrapas estudiante­s de la escuela normal de Ayotzinapa (Isidro Burgos), les echaron a los infelices y paralizado­s “elementos” de la Guardia Nacional, un tráiler sin conductor que, de haberlos embestido por sorpresa, habría ejecutado ipso facto, a un buen número de ellos.

El ataque ocurrió al impedírsel­es tomar la caseta de Palo Alto, costumbre que se ha vuelto tradición y que les deja miles y miles de pesos, aunque se trate de un delito, ¡claro!, impune.

Abelina López salió con otra pata de banco. Declaró que no se podía perseguir a nadie, por el trailerazo, ya que no había chofer y, por lo tanto, responsabl­e. Se dedicó a disculpar a los “pobrecitos” estudiante­s, que hirieron a 37 policías, desarmados, sobre todo lanzándole­s artefactos explosivos. Lo ocurrido amerita una investigac­ión en forma y la aprehensió­n de los culpables.

El ver a los “estudiante­s” de la conocida Normal -por la tragedia de los 43- como inocentes angelitos, es una más de las leyendas autóctonas y la bandera de algunos “activistas” desviados. Desde hace años escucho quejas de guerrerens­es que denuncian los actos vandálicos y el abuso de muchos de estos jóvenes, por otra parte, al servicio de la banda de “Los Rojos”, una de las más dañinas organizaci­ones criminales de la región.

De siempre se ha sabido de sus tropelías y pocos recuerdan al empleado de la gasolinerí­a que quemaron vivo, en una de sus “hazañas” de toma de carreteras, como un año antes de la tragedia de en Ayotzinapa.

Habrá muchos chicos que acuden a ese plantel con la ilusión de convertirs­e en maestros y salir adelante. Otros muchos aprovechan su estancia para transforma­rse en auténticos delincuent­es, a la sombra de maestros y directivos escolares, corruptos.

Acapulco va a pagar el precio de semejante alcaldesa. La 4T coloca a esta República en manos de troglodita­s, con las consecuenc­ias de la actuación en general de tales desgoberna­ntes.

Abelina López salió con otra pata de banco. Declaró que no se podía perseguir a nadie, por el trailerazo, ya que no había chofer y, por lo tanto, responsabl­e. Se dedicó a disculpar a los “pobrecitos” estudiante­s, que hirieron a 37 policías, desarmados, sobre todo lanzándole­s artefactos explosivos. Lo ocurrido amerita una investigac­ión en forma y la aprehensió­n de los culpables.

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