¿La habrá atacado "la calor"?
Guerrero sigue siendo un polvorín, aderezado por sus pésimos desgobernantes. De la pseudo gobernadora -Evelyn Salgado- ni sus luces. Y, de la presidenta municipal de Acapulco, mejor que ni apareciera.
Abelina López Rodríguez es un dechado de frases coloquiales, propias de un diccionario de lo folclórico y lo inconcebible. Me llama la atención, aunque no sea su culpa sino la de sus progenitores, el que, en este dilectísimo Régimen de la 4T, haya funcionarios que no saben escribir su nombre. El General mandamás de las Fuerzas Armadas se pone “Crecencio”, cuando lo correcto es “Crescencio” y la tal alcaldesa se llama “Abelina”, en lugar de “Avelina”, que es la debida ortografía. Con seguridad, así los registraron.
El caso es que la tal Abelina según su currículum estudió Derecho, fue dos veces diputada y se ha distinguido por ser activista social. De aquí que resulte más extraño que, hace unos cuantos días soltó con toda su bocaza, una declaración que provocó la rápida respuesta de las redes sociales. Dijo que se incrementaba la delincuencia a causa de “la calor” y el que los malandros ingerían un exceso de carbohidratos. ¡Dioses del Olimpo! ¿Cómo no se le habrá ocurrido a cualquiera de las tantas sesudas autoridades que, dotando de ventiladores y poniendo a dieta a la delincuencia se resolvía el gravísimo problema de la inseguridad? (Amén del cambio de género al sustantivo “calor”).
Aún no se recuperaban los internautas del anecdotario Abelinesco, cuando, el pasado viernes, unos sátrapas estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa (Isidro Burgos), les echaron a los infelices y paralizados “elementos” de la Guardia Nacional, un tráiler sin conductor que, de haberlos embestido por sorpresa, habría ejecutado ipso facto, a un buen número de ellos.
El ataque ocurrió al impedírseles tomar la caseta de Palo Alto, costumbre que se ha vuelto tradición y que les deja miles y miles de pesos, aunque se trate de un delito, ¡claro!, impune.
Abelina López salió con otra pata de banco. Declaró que no se podía perseguir a nadie, por el trailerazo, ya que no había chofer y, por lo tanto, responsable. Se dedicó a disculpar a los “pobrecitos” estudiantes, que hirieron a 37 policías, desarmados, sobre todo lanzándoles artefactos explosivos. Lo ocurrido amerita una investigación en forma y la aprehensión de los culpables.
El ver a los “estudiantes” de la conocida Normal -por la tragedia de los 43- como inocentes angelitos, es una más de las leyendas autóctonas y la bandera de algunos “activistas” desviados. Desde hace años escucho quejas de guerrerenses que denuncian los actos vandálicos y el abuso de muchos de estos jóvenes, por otra parte, al servicio de la banda de “Los Rojos”, una de las más dañinas organizaciones criminales de la región.
De siempre se ha sabido de sus tropelías y pocos recuerdan al empleado de la gasolinería que quemaron vivo, en una de sus “hazañas” de toma de carreteras, como un año antes de la tragedia de en Ayotzinapa.
Habrá muchos chicos que acuden a ese plantel con la ilusión de convertirse en maestros y salir adelante. Otros muchos aprovechan su estancia para transformarse en auténticos delincuentes, a la sombra de maestros y directivos escolares, corruptos.
Acapulco va a pagar el precio de semejante alcaldesa. La 4T coloca a esta República en manos de trogloditas, con las consecuencias de la actuación en general de tales desgobernantes.
Abelina López salió con otra pata de banco. Declaró que no se podía perseguir a nadie, por el trailerazo, ya que no había chofer y, por lo tanto, responsable. Se dedicó a disculpar a los “pobrecitos” estudiantes, que hirieron a 37 policías, desarmados, sobre todo lanzándoles artefactos explosivos. Lo ocurrido amerita una investigación en forma y la aprehensión de los culpables.