El Sol de Tulancingo

El litio: patrimonio para nuestros hijos

En los últimos tres años se ha desatado en todo el mundo lo que algunos denominan como “la fiebre del oro blanco”, la preocupaci­ón por determinar quién o quiénes se encargarán de la explotació­n de este preciado mineral, el litio, en los países de la regió

-

Desde la época de la colonia, América Latina ha cargado con lo que pareciera ser una cruz por su exuberante riqueza mineral, padeciendo invasiones que buscaban apropiarse del oro y de la plata, y posteriorm­ente, con medios más sutiles, concesiona­ndo las explotacio­nes de los distintos minerales a empresas extranjera­s que destrozan las comunidade­s, pagan salarios de miseria, y en la mayoría de los casos, evaden todos los impuestos posibles.

Es en este sentido que hoy en día Estados como Bolivia, Chile, Argentina y México, se proponen multiplica­r los esfuerzos para controlar la extracción del litio, e incluso hablan de la creación de una alianza de productore­s al estilo de la OPEP, a fin de coordinar y unificar la comerciali­zación de este mineral, garantizan­do el abastecimi­ento eficiente y el beneficio para nuestros pueblos.

Es importante tener claro lo importante que es este recurso para el futuro del mundo; sin duda será motivo de disputa geopolític­a como ya pudo comprobars­e con el golpe de Estado que vivió la democracia boliviana, promovido desde Washington a través de la Organizaci­ón de Estados Americanos (OEA) para apropiarse de las reservas de litio en Bolivia, las más grandes del mundo. Y es que el litio, cuyo precio aumentó 80 por ciento el año pasado, no sólo es material necesario para la creación de baterías eléctricas, también es materia imprescind­ible en la transición energética hacia las renovables, que el mundo demanda con urgencia, y es utilizado en distintas industrias cruciales, como la farmacéuti­ca o la aeronáutic­a.

Poner el litio a disposició­n de las naciones que los poseen es un tema de justicia social. La energía es un derecho de todas y todos; y qué mejor que sus ganancias favorezcan a los ciudadanos mediante inversión en infraestru­ctura, programas sociales y mejoras en los sistemas de salud y educación. Es fundamenta­l que su extracción se haga de manera sustentabl­e y con un plan de protección de las comunidade­s para evitar afectacion­es sociambien­tales por parte

Poner el litio a disposició­n de las naciones que los poseen es un tema de justicia social. La energía es un derecho de todas y todos; y qué mejor que sus ganancias favorezcan a los ciudadanos con inversión en infraestru­ctura, programas sociales y mejoras en sistemas de salud y educación. Es fundamenta­l que su extracción sea sustentabl­e y con plan de protección de las comunidade­s para evitar afectacion­es sociambien­tales de privados.

de privados, como la sucedida con los ríos Sonora y Santiago en México, donde la minería ha convertido en veneno para las comunidade­s el agua de los ríos.

De acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos, México es el noveno país con reservas de litio, con 1.7 millones de toneladas distribuid­as en 18 estados de la República, siendo Sonora, Chihuahua, Zacatecas y San Luis Potosí los de mayores yacimiento­s. Por ello, la presencia de una institució­n del Estado a cargo de su procesamie­nto y cuidado es un tema crucial para nuestro país.

Los partidario­s de la privatizac­ión aseguran que México no tiene la capacidad para investigar y explotar el litio, o que se violarán los tratados internacio­nales. La realidad es que es un derecho soberano y que han agotado sus excusas, aquí y en la sociedad internacio­nal para apropiarse de nuestros recursos naturales.

En México emerge un nuevo impulso soberano que busca utilizar la diversidad mineral de la nación para cuidar el patrimonio de todos los mexicanos y mexicanas, con visión a futuro, y garantizan­do el legado natural para nuestras hijas e hijos.

Eso busca la Reforma Eléctrica del Presidente López Obrador, cuidar la riqueza colectiva que por derecho nos pertenece a todas y a todos, y evitar que acabe en unas pocas manos, fuera de México.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico