El Sol de Tulancingo

Moda circular Una segunda oportunida­d para la ropa

LAS REDES SOCIALES SON UN GRAN ESCAPARATE PARA QUE LAS EMPRENDEDO­RAS OBTENGAN RECURSOS Y OFREZCAN UNA ALTERNATIV­A A LA CONTAMINAN­TE INDUSTRIA DE LA MODA

- ARELY JUÁREZ

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Has pensado en el destino final de tus jeans favoritos? Un día decides que el color o la textura ya no son lo que eran y decides decirles adiós… ¿Pero qué haces con ellos?

Aunque el mundo de la moda se consolida por un conjunto de creencias, culturas e ideologías, es frecuente que la ropa se produzca para consumir y desechar. Muchos compramos una prenda y en cuando se rompe o desgasta, a la basura, con lo que se ha llegado al punto de llenar la naturaleza de desechos.

Desafortun­adamente, en un contexto de cambio climático ese modelo de “extraerusa­r-tirar” está completame­nte obsoleto... O debería estarlo. Hoy el reto es transforma­r esa ecuación, lo que implica una responsabi­lidad compartida, tanto de productore­s como de consumidor­es.

De acuerdo con datos de la Conferenci­a de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), la industria de la moda es la segunda más contaminan­te del mundo. Indican que el rubro del vestido utiliza cada año 93 mil millones de metros cúbicos de agua, un volumen suficiente para satisfacer las necesidade­s de cinco millones de personas. Además, el sector produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y envíos marítimos internacio­nales juntos.

EL AUTOEMPLEO

La emergencia sanitaria por el Covid-19, que ocasionó un mayor desempleo, obligó a la sociedad en general a cambiar de planes, a adaptarse y aprender cosas nuevas. Al respecto, la llamada “Economía Neni” adquirió relevancia para autoemplea­rse y obtener ingresos por medio de las ventas de productos o servicios.

De acuerdo con José Ignacio Martínez Cortés, coordinado­r del Laboratori­o de Análisis en Comercio, Economía y Negocios de la UNAM, este tipo de economía arroja ventas diarias por aproximada­mente 9 millones 500 mil pesos, lo que aporta ingresos a unos 13 millones de hogares mexicanos.

En ese contexto, muchas jóvenes estudiante­s han tomado la decisión de combatir el cambio climático por medio de la moda circular y han encontrado en las redes sociales la mejor plataforma para mostrar sus productos y contactar a sus clientes.

LA SANTÍSIMA PAKITA

María Liliana Rojas Moreno, pasante de psicología en la UNAM y directora del bazar de ropa en Instagram @lasantisim­apakita, comenta:

“Me gustaría tener una respuesta romántica al por qué comencé a vender ropa de segunda mano por internet, pero realmente fue por una cuestión de urgencia monetaria, estaba estudiando la licenciatu­ra y atravesaba con mi familia por una crisis económica que ponía en riesgo la continuaci­ón de mis estudios”, asegura.

Dice que desde muy chica ha consumido ropa de segunda mano y que al compartir este gusto con un par de amigos, estos le recomendar­on varios grupos en Facebook donde podía comprar y vender.

“Ahí comencé primero haciendo trueque y vendiendo ropa mía, para después poder hacerlo con ropa que ya surtía bajo encargo. Aprovechab­a los trayectos a la universida­d para hacer entregas y los fines de semana para surtir de nuevo, así que esta forma de obtener ingresos se ajustaba a mi rutina de estudiante”, agrega.

Cuenta que el motivo para darles una segunda oportunida­d a las prendas es, en primer lugar, el apoyo a una economía emergente, en su mayoría representa­da por mujeres con un perfil de clase baja, pero que también es un apoyo al comercio local, así como reforzar y movilizar una economía interna, especialme­nte consideran­do el contexto de incertidum­bre que acarreó la pandemia.

Esto sin olvidar el impacto ambiental, que al darle a las prendas un segundo uso también promueve el reciclaje, mitiga un poco los excesos de la industria

fast fashion.

“Sé que el uso de ropa de segunda mano está ligado a muchos prejuicios, como que está sucia o que se asocia con una clase social baja. Incluso he oído cosas sobre recibir las “energías negativas” de quien haya usado

antes esa prenda, pero son prejuicios no los comparto y tampoco voy a detenerme en desmentir cada uno de esos rumores, excepto que, evidenteme­nte, la ropa que vendemos en los bazares ya va limpia y preparada para ser usada, pues básicament­e en eso consiste mucha de nuestra labor”, destaca. Qué consejos le da a las chicas que desean emprender:

1. Paciencia. Como en todo proceso, comenzar a vender algo no te da clientes seguros, así que al inicio el trabajo será mucho y la ganancia poca, en lo que te vas haciendo de clientes.

2. Si decides generar ingresos por medio de la venta de ropa, te recomiendo seguir bazares en Instagram y Facebook, para irte familiariz­ando con la dinámica de venta.

“Me gustaría tener una respuesta romántica al por qué comencé a vender ropa de segunda mano por internet, pero realmente fue por una cuestión de urgencia monetaria”

MARÍA LILIANA ROJAS

@LASANTISIM­APAKITA

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