Ucrania: impactos en la seguridad internacional
La declaración del 23 de febrero del presidente de Rusia, Vladimir Putin, en torno a la ejecución de una “operación militar especial” con el fin de desmilitarizar a Ucrania, y apoyar a las provincias separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk representa
En este evento se están ajustando los reequilibrios de poder entre actores como la Organización del Tratado de Atlántico Norte (OTAN), la Unión Europea, y los liderazgos globales que ejercen naciones como Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, la República Popular China.
En este sentido, es necesario un análisis para cada uno de estos actores, en aras de presentar los factores que determinarán su reposicionamiento y las implicaciones de la crisis ucraniana en la seguridad internacional:
1) Ucrania: sin duda es el actor más afectado. Con la intervención militar de Rusia la nación de Europa del Este está por cumplir diez años de inestabilidad desde el inicio de “Euromaidán”, el conjunto de protestas europeístas y nacionalistas que llevaron al golpe de Estado en contra del presidente Víktor Yanukóvich, afín al Krelim. La Revolución de la Indignidad llevó a un proceso de inestabilidad que tanto el presidente interino Aleksandr Turchínov y Volodímir Zelenski no supieron afrontar.
Nunca se logró la consolidación interna del nuevo gobierno, ni se afianzaron las alianzas estratégicas con actores como la Unión Europea y la OTAN, que sólo culminaban en provocaciones a Rusia. Mucho menos se dio solución a las controversias entre el nuevo gobierno y las ocho provincias rusas en el país que no se sentían incluidos en el nuevo proyecto europeísta y nacionalista.
Si bien el referéndum de Crimea de 2014 fue un golpe fuerte a Ucrania, la tendencia de separatismo las provincias rusas implican una potencial amenaza. Se ha expandido a Donetsk y Lugansk, y tiene el potencial de alcanzar al resto de las regiones en el futuro cercano.
2) Rusia: el peso más fuerte de la condena internacional caerá sobre Rusia. Las sanciones que ejecutarán las naciones del G20 y la Unión Europea tendrán un fuerte impacto en su economía nacional y estabilidad financiera. Tras el anuncio de la “operación militar especial” el mercado de valores ruso inauguró su jornada de actividades con un desplome del 10.4 por ciento. Sin embargo, si bien el panorama económico pinta mal para Moscú, en el ámbito político pinta diferente.
La intervención en las provincias rusas de Ucrania implica un mensaje de pragmatismo y coerción a sus vecinos, sobre reconocer a la nación como el líder político y militar de la región, que no dudará en actuar frente actores que amenacen su seguridad nacional. El mensaje al gobierno de Zelensky es semejante al enviado en Georgia en 2008, con el reconocimiento de la independencia de Osetia del Sur y Abjasia. Rusia no duda en ejecutar una intervención armada de la forma que lo hace la OTAN. Los coqueteos con sus adversarios son castigados con la fuerza. Y los coqueteos con el Kremlin, como es el caso de la relación con Bielorrusia y Aleksandr Lukashenko, son premiados y garantizan la paz.
A pesar de eso, la operación militar de 2022 también se transforma en un punto de tensión al ser el segundo momento álgido en que Rusia se ve involucrada directamente en un proceso de desintegración en Ucrania. Después de la anexión de Crimea en 2014, y con la viable inclusión de Donetsk y Lugansk a la federación, la tensión entre los dos países escala de forma dramática a los ojos de la comunidad internacional. Una tercera agresión a Ucrania
La declaración del embajador de Ucrania, Sergiy Kyslytsya: “No hay purgatorio para los criminales de guerra. Ellos van directo al infierno”, repercutió a escala internacional.
en el futuro cercano podría ser un catalizador de un conflicto de escalas impensables. No obstante, de momento, Rusia reposiciona su posición como súper potencia en Eurasia y el mundo entero, a pesar de los altos costos económicos.
3) Francia, Alemania y la Unión Europea: el fracaso más grande de la crisis de Ucrania cae sobre los hombros del presidente Emmanuel Macron. Sus intentos de servir como mediador para entablar un dialogo entre Estados Unidos y Rusia, a través de una llamada o encuentro entre Putin y Joe Biden dañan fuertemente la efigie de líder regional de Francia.
4) Reino Unido, Estados Unidos y la
OTAN: el liderazgo atlántico en torno a la seguridad internacional se ha visto mermado en este episodio. El papel de Reino Unido, así como la postura de su Primer Ministro, Boris Johnson, ha sido nulo. Sanciones económicas a bancos rusos, y apoyo económico y militar a Ucrania.
En el caso del prestigio de Estados Unidos y la OTAN, el daño igual es severo. Para el caso de Biden este episodio se anexa a una cuestionable ejecución y conducción de la política exterior de los Estados Unidos. El primer gran fracaso se da con la caída de Kabul y la reconquista de Afganistán por los talibanes.
El segundo en el marco de la crisis de Ucrania. Del mismo modo, la OTAN queda mal como una alianza estratégica que abandona a los países que define como socios estratégicos, pero que no son integrantesde la organización.