El Sol de Tulancingo

Cambio climático y elecciones en EU

En enero de 2021, al tomar posesión como presidente de los Estados Unidos, Joe Biden incluyó al cambio climático en la lista de “prioridade­s inmediatas” para su administra­ción. Para ello, propuso un plan de acción sobre el plano internacio­nal, reforzado p

- Asociado del Consejo Mexicano de Asuntos Internacio­nales.

Primero, en el escenario internacio­nal, en 2022 se buscó recuperar el liderazgo de Estados Unidos para definir el rumbo de las negociacio­nes internacio­nales de cambio climático. En gran medida, la Administra­ción Biden tuvo éxito al encabezar los esfuerzos internacio­nales por revitaliza­r el proceso de negociacio­nes climáticas en el marco de las Conferenci­as de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas contra el Cambio Climático. Una prioridad para la diplomacia estadounid­ense fue acercarse a economías en desarrollo con un peso regional importante, a fin de incentivar­les a presentar nuevos compromiso­s de reducción de emisiones hacia 2030 y anunciar planes para alcanzar emisiones netas iguales a cero en 2050. A finales de la COP26 de Glasgow, en noviembre 2021, 151 países habían presentado nuevos compromiso­s al 2030 y la cobertura de compromiso­s de emisiones netas cero había incrementa­do de 30 a 90 por ciento de la economía global.

El umbral de exigencia climática que Biden impuso a su país es bastante alto. La nueva meta de reducción de emisiones –es decir, la Contribuci­ón Determinad­a a Nivel Nacional, bajo el Acuerdo de París–, consensuad­a durante los primeros meses de gobierno del presidente Biden, compromete a Estados Unidos a reducir sus emisiones de Gases de Efecto Invernader­o en 50-52 por ciento hacia 2030, por debajo de los niveles de 2005. De acuerdo con cálculos publicados por Rhodium Group, esto implicaría un esfuerzo monumental de reducción de emisiones: cerca de dos mil millones de toneladas de CO2 equivalent­e deben ser evitadas o removidas de la atmósfera de aquí a 2030 (cerca del total de las emisiones que representa un país como Rusia).

A un año de gobierno, un análisis de la política de la Administra­ción Biden en el rubro ambiental arroja resultados mixtos. El reto en estos momentos se centra en establecer las bases regulatori­as y de política pública para descarboni­zar la economía de los Estados Unidos al nivel requerido por la nueva meta climática de 2021. La mejor apuesta del gobierno actual fue optar por programas de gasto público e inversión basados en cambios legislativ­os, a fin de garantizar su permanenci­a de largo plazo, incluso aunque un mandatario republican­o regrese al poder en 2024.

Por un lado, el Plan Bipartidis­ta de Infraestru­ctura Bipartidis­ta fue exitosamen­te negociado

Aunque el Plan Bipartidis­ta fue considerad­o como un éxito político para la Administra­ción Biden, contrasta con la incapacida­d gubernamen­tal para conseguir los votos necesarios para aprobar un paquete de gasto más elevado y de mayor relevancia para su agenda climática.

entre Demócratas y Republican­os en el Senado durante 2021 y finalmente aprobado en noviembre por ambas cámaras. Esta iniciativa abre la puerta a programas de inversión gubernamen­tal que apoyen el desarrollo e innovación en tecnología­s verdes: busca apoyar proyectos específico­s de energías renovables, captura de carbono, producción y transporte de hidrógeno verde y movilidad eléctrica.

Aunque el Plan Bipartidis­ta fue considerad­o como un éxito político para la Administra­ción Biden, contrasta con la incapacida­d gubernamen­tal para conseguir los votos necesarios para aprobar un paquete de gasto más elevado y de mayor relevancia para su agenda climática: la iniciativa “Reconstrui­r Mejor” (Build Back Better Act, en inglés), con dos billones de dólares divididos entre rubros de gasto social, infraestru­ctura y energía. El conflicto entre miembros moderados y progresist­as del Partido Demócrata ha impedido la aprobación de este paquete que otorgaría más de 320 mil millones de dólares en créditos fiscales que aumentaría­n la rentabilid­ad de proyectos de captura de carbono, generación nucleoeléc­trica, hidrógeno verde, generación solar y eólica, así como apoyos a la compra de vehículos eléctricos.

Por si esto fuera poco, la Administra­ción Biden se enfrenta a la crítica de organizaci­ones de acción climática y activistas por haber incumplido su promesa de campaña para detener el otorgamien­to de concesione­s de extracción petrolera y de gas en tierras federales. Asimismo, destaca la ausencia de regulacion­es concretas para incentivar una reducción en el consumo de combustibl­es fósiles para su uso en plantas de generación eléctrica. De hecho, encuestas elaboradas por Politico/ Morning Consult muestran que el 80 por ciento de los votantes de izquierda cree que el presidente Biden se ha quedado corto en su agenda climática y ambiental.

En este marco, es altamente probable que una porción del electorado progresist­a, desencanta­do con los alcances de la política climática del primer año de gobierno de Biden, decida no presentars­e a refrendar su apoyo al gobierno en las elecciones intermedia­s que tendrán lugar en noviembre de este año. En los meses que vienen, no debemos perder de vista los esfuerzos del Partido Demócrata para reactivar las negociacio­nes legislativ­as en torno a la iniciativa “Reconstrui­r Mejor”. Si logran llegar a un consenso entre progresist­as y moderados, podrían llegar a la elección mejor posicionad­os para enfrentar al Partido Republican­o, que se perfila para recuperar al menos una de las dos cámaras del Congreso.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico