Hace debut en teatro con monólogo autobiográfico
Deme Bonilla narra en el montaje de Piensos del lóbulo frontal derecho, sus vivencias con el TDAH
Jazz, luces bajas, un monólogo y una melena larguísima cobijada por una sudadera gris. Así se presenta Demetrio Bonilla, hijo de Fernando Bonilla y nieto de Héctor Bonilla, a sólo unas horas de debutar con Piensos del lóbulo frontal derecho, sobre un adolescente con Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad, TDAH.
Es la primera vez que actuará en un escenario, pero declara sentirse seguro. Y no es para menos, pues esta obra es “un biodrama nacido de una idea loca que evolucionó a una tarea y terminó en un monólogo”, escrito junto a la dramaturga y actriz Valeria Fabbri, a quien agradece la dirección y el acompañamiento.
¿Fue difícil escribir sobre ti mismo?, se le cuestiona. “La verdad no, quizá suene demasiado narcisista pero fue muy fácil. Como escribir un diario”.
En la obra se tratan desde temas como la música de John Coltrane, pasando por el TDAH, y la epilepsia, ese coctel, explica, parte de su gusto por el jazz. “La música de Coltrane siempre me ha gustado, después, investigando, me di cuenta de que tenía una iglesia en África, a lo Maradona. Era todo un ídolo entre la gente, un loco”.
Sobre el TDAH y la epilepsia, comenta que “es muy importante visibilizar estos temas, el Trastorno de Déficit de Atención es común en los niños, pero raro que siga en adultos, y también existe la epilepsia sin convulsiones, son cosas que no mucha gente sabe y la sociedad minimiza”.
Deme está lleno de anécdotas, cuenta las veces que hacía la tarea tras los bastidores del Foro Shakespeare o el Helénico. “Era incomodísimo, pero ahora me doy cuenta de que fue un privilegio crecer en los camerinos, si esta obra pasa por el ojo
MIEMBRO DE una dinastía artística, el nieto de Héctor Bonilla asegura que quiere estar en el teatro como sea, adelante o detrás del escenario
clínico familiar, será divertido, porque sé que cualquier nota viene desde un lugar muy amoroso, pero espero que les guste”, agrega y asegura que sus padres siempre le dieron opciones, “no me obligaron a dedicarme al teatro, pero yo estoy seguro de que voy a ser actor”.
Entre risas, hace una señal de excavación con las manos para hablar de su primera vocación. “Quería ser… ¿cómo se llaman los que encuentran los huesos de los dinosaurios?”. Reímos y respondemos a su pregunta: Paleontólogos.